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domingo, 26 de diciembre de 2010

Los lectores terribles (II): los bancos

Tenemos una nueva clase de censores para agregar a la lista: las instituciones financieras, que ahora, no contentas con hacernos pagar sus fallas y sus excesos, quieren decidir qué podemos leer y qué no, de qué podemos enterarnos y de qué no.

Traduzco parte de un editorial del New York Times (25 dic 2010) Banks and Wikileaks:
" El [...] sitio web Wikileaks no ha sido acusado de crimen alguno. El Departamento de Justicia ni siquiera levantó cargos por la revelación de comunicaciones confidenciales del Departamento de Estado. Sin embargo, la industria financiera trata de cerrarlo.
"Visa, MasterCard y PayPal anunciaron en las pasadas semanas que no darían curso a ninguna transacción destinada a Wikileaks. Este mes, el Bank of America decidió imitarlos, con el argumento de que Wikileaks podría estar haciendo cosas que son 'incompatibles con nuestras políticas internas de procesamiento de pagos'.
"[...]
"El hecho es que los bancos no son un negocio como cualquier otro. Manejan el sistema de pagos. Esa es una de las principales razones por las cuales los gobiernos los protegen de la quiebra [...] Tienen puntos en común con un servicio público. Una compañía de telecomunicaciones, por ejemplo, no tiene derecho a rehusar un servico teléfonico o de banda ancha a una organización que no le gusta, argumentando que parece un negocio riesgoso.
"[...]
"Sin embargo, hay preguntas inquietantes. La decisión de excluir a la organización vino después de que su fundador, Julian Assange, dijo que el año próximo publicarán información revelando corrupción en la industria financiera. En 2009, el Sr. Assange dijo que Wikileaks tenía en su poder el disco duro de un ejecutivo del Bank of America."
Y el New York Times siente que el sayo le cae bien a él mismo:
"¿Qué pasaría [...] si decidieran - uno a uno - cerrar el acceso financiero a un diario que se aprestara a revelar verdades irritantes sobre sus operaciones? [...]"

Buena pregunta, la que se hace el editorialista del New York Times. Creo que se la hacen, sotto voce, muchos diarios que moderan y relativizan su participación en las revelaciones de Wikileaks.
El corte de los flujos financieros tiene un efecto devastador, como lo señala el propio Assange en una entrevista en Le Monde. "Hemos perdido de ganar 100 mil euros por día".
Y denuncia la censura: "una censura económica extrajudicial, resultante de ingerencias políticas". Censura financiera que viene detrás de la expulsión del servidor de Amazon.com y del servidor de nombres (DNS).

Los "lectores terribles", de quienes habla Octavio Paz, "un grupo de lectores privilegiados que se llaman el arzobispo, el inquisidor, el secretario general del Partido, el Politburó". Ahora debemos contar a las instituciones financieras en ese grupo privilegiado.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Homenaje a Mirtha Guianze

Porque hizo y dijo cada vez lo que hacía falta. Por su valentía civil.

Porque cuando el juez procesa a sus imputados por "homicido muy especialmente agravado", ella apela porque considera que se debe caratular "desaparición forzada", como lo exige también el sentido común, dado que no se ha encontrado ningún cuerpo y que el delito de desaparición forzada se comete de manera continuada y no prescribe.

Porque cuando le preguntan si los derechos humanos fundamentales pueden ser sometidos a plebiscito, contesta: "Los derechos humanos no son plebiscitables y eso lo dijo la SCJ", (entrevista publicada en La Diaria, 22/11/2010). Y porque lo dice en un momento en que el partido de la impunidad multiplica su alharaca sobre el "pronunciamiento de la mayoría" y que "el pueblo decidió".

Corresponde aquí citar a Alexis de Tocqueville:
"Existe una ley general que ha sido hecha, o por lo menos adoptada, no solamente por la mayoría de tal o tal pueblo, sino por la mayoría de todos los hombres. Esa ley es la justicia. La justicia es el límite del derecho de cada pueblo."
["De la democracia en América", publicado (en francés) en 1835, Capítulo VII, "De la omnipotencia de la mayoría..."]

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Wikileaks: acusado de decir la verdad

"Cuando mi dedo apunta a la luna, los idiotas miran el dedo". El dedo es Julian Assange, el discutido líder de Wikileaks, y la luna en este caso son los tenebrosos secretos militares y diplomáticos revelados por las filtraciones publicadas en los principales diarios del mundo.
Es imposible exagerar la importancia de los contenidos divulgados o su peligrosidad.

La importancia, primero:
Si bien los cables demuestran, como dice Timothy Garton Ash, que los diplomáticos estadounidenses hacen simplemente su trabajo, a saber, espiar para su gobierno, también revelan muchas cosas que oficialmente se niegan, por ejemplo contactos y negociaciones con China sobre Norcorea.
Pero eso no es nada. El sitio web Wikileaks a publicado, en el curso de su breve existencia, imágenes del bombardeo de una aldea afgana por la aviación estadounidense, el rol de los mercenarios en Irak, las tramoyas de los bancos islandeses que arruinaron a su país, etc.
Traduzco de un artículo de Le Monde (22-06-2010, Wikileaks, contrebandier de l'info): "En tres años el sitio web recibió miles de textos que denunciaban casos de corrupción y malversación: bancos suizos en las islas Caimán, archivos comprometedores para la Iglesia de Cientología, lista de policías británicos miembros de un partido de extrema derecha o documentos estadounidenses clasificados secretos sobre la suerte de los prisioneros en Guantánamo o en Afganistán...".

Van a por él (por ellos)
La peligrosidad de estas revelaciones es manifiesta, sobre todo para aquellos que las publican. Julian Assange, la cabeza visible, y su empresa, sufren un acoso implacable por todos los medios de que dispone el poder estadounidense, que no son pocos:
Abandonado por su servidor de nombres. Después de ser blanco de ataques de negación de servicio, el servidor de nombres decidió no albergar más el sitio Wikileaks.org. El servidor de nombres es el establece el vínculo entre un nombre y una dirección IP. El sitio se accede con su dirección IP: http://46.59.1.2/
Abandonado por su servicio de hosting. Amazon.com, que albergaba los servidores de Wikileaks, cesó de hacerlo, aduciendo violación de cláusulas de servicio.
Los proveedores de hosting son atacados. Sitios franceses fueron atacados con ataques de negación de servicio.
Orden de arresto internacional. Los cargos son caratulados por alguna prensa como "violación y estupro", pero, mirado de cerca, resultan poco consistentes. Las mujeres, con las cuales tuvo relaciones mutuamente consentidas, retiraron la denuncia. El fiscal sueco, sin embargo, continuó con el mandato de arresto internacional, pretendidamente para escuchar sus declaraciones sobre el caso. Está preso, o libre bajo fianza, en Londres. El gobierno norteamericano busca convencer al soldado estadounidense Bradley Manning de que declare que Assange conspiró con él para que filtrara los documentos, para poder emitir un mandato de arresto internacional y el consabido pedido de extradición, bajo el cargo de "conspiración". Visto que el joven soldado arriesga 52 años de cárcel, puede que lo consigan. Cuando sabemos que el estado sueco fue cómplice de los vuelos secretos de la CIA --hablamos de desapariciones, arrestos ilegales y torturas-- no nos sorprende demasiado, pero nos preocupa.

La frutilla de la torta: El Observador
En su edición del sábado 4 de diciembre de 2010, El Observador pone a Assange, no a las revelaciones de Wikileaks, en tapa. Una gran foto con un primer plano de la cara, se aprecia el rostro preocupado, la mano crispada sobre el mentón, el ceño fruncido. La luz desde abajo subraya los relieves de la cara, dándole un cariz siniestro. La leyenda es del mismo tono: "Sin límites [es el título de la edición] Usando sus métodos carentes de reglas, Julian Assange, líder de Wikileaks, puso al mundo al borde de una situación que los analistas dudan de si es un paso hacia la transparencia o hacia el oscurantismo. Ahora las potencias van por él".
¿Qué bicho les picó? En el mismo momento en que los grandes diarios del mundo titulan sobre las revelaciones y los escándalos generados por los documentos publicados, ellos salen a pegarle a Julian Assange.
¿Qué opina el Observador de que se persiga a un individuo por publicar documentos verdaderos? (Hasta ahora nadie dijo que fueran falsos.) ¿No es un periodista? ¿Se puede aceptar que las "potencias" (léase EEUU) repriman a un periodista por revelar sus secretos diplomáticos?
El resto de esta edición sigue hablando de Assange, y cuando llegan a la substancia titulan "Conventillo Mundial" y "Como Voyeurs mundiales". Cosa de hacer sentir culpable al lector que se interesa en los secretos revelados, que serían "conventilleros" y "voyeurs".
El editorial de Gabriel Pereira de ese número compone un retrato de Assange con notas ligeramente denigratorias, como decir que cn ayuda del encriptado es banal filtrar documentos confidenciales (cuénteselo a Bradley Manning), que es un hacker (léase pirata), y que está peleado con fulano o mengano. Conventillero.


jueves, 12 de agosto de 2010

Tony Judt y la socialdemocracia

Aquí me limito a mencionar libros y artículos que vale la pena leer en la fuente e íntegramente. Apenas transcribo algunos fragmentos para abrir el apetito.
Primera recomendación: el artículo de Antonio Muñoz Molina Un elogio de la socialdemocracia, aparecido en Babelia de El País de España el 3 de abril de 2010.
Transcribo: "Tony Judt probablemente no volverá a tomar nunca un tren pero escribe apasionadamente sobre ellos. Para ser exactos, no escribe, dicta. [A pesar de su enfermedad] acaba de publicar un libro que es un valeroso manifiesto: una declaración de principios progresistas, una vindicación de la legitimidad de lo público y de lo universal como valores de la izquierda en una época en la que sólo lo privado y lo particular parece respetable, o peor aún, eficiente y moderno. Tony Judt defiende lo que hasta hace nada se había vuelto indefendible: los espacios públicos, los servicios públicos, las causas comunes, todo lo que los expertos en economía de la derecha y los expertos en identidades irreductibles de la presunta izquierda llevan proscribiendo más de treinta años A Tony Judt, que no volverá a disfrutar de ellos, los trenes le parecen el símbolo más hermoso de lo que sólo puede existir gracias al esfuerzo de todos y está al servicio de cada uno; la clase de servicio que sólo puede ofrecer el Estado, y que cuando se privatiza cae en la ruina y en la ineficacia; lo que se ha mantenido prometedor y moderno durante casi dos siglos, gracias a la acumulación de esfuerzo y experiencia de generaciones sucesivas. Quién no ha disfrutado y disfruta todavía el romanticismo urgente de las grandes estaciones de ferrocarril, las que albergaron las locomotoras de vapor que incitaban la imaginación visual de Turner y Monet y ahora acogen los trenes de alta velocidad. Quién, en Europa, en América del Norte, no ha visto mejorada su vida gracias a ese otro empeño colectivo que sólo una armadura pública puede sostener, el Estado de Bienestar."
El libro que comenta Muñoz Molina se llama Ill fares the land, puede que esté traducido, no sé.
En cambio, el que sí está traducido es Postguerra (Ed. Taurus 2005), una obra monumental de más de 1200 páginas. Cito el prólogo del autor, Tony Judt:
"Este libro narra la historia de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, y por lo tanto comienza en 1945. [...] Pero al igual que el resto del siglo XX, sobre su historia se cierne la sombra de la guerra de treinta años iniciada en 1914, cuando el continente europeo comenzó su descenco hacia la catástrofe".
"[...] resulta comprensiblemente tentador narrar la historia de la inesperada recuperación de Europa a partir de 1945 en clave autocomplaciente [...] Esta complaciente descripción de Europa [...] encierra un mínimo elemento de verdad. Pero deja afuera la mayor parte."
Tony Judt va a narrar la historia de las dos partes, el este y el oeste, y mostrar su interdependencia.
La historia de las dos Europas es la de la socialdemocracia y la del comunismo, y nos toca muy de cerca. Un libro fundamental.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Tony Judt y los lectores terribles

Perdimos a Tony Judt a los 62 años. Nos dejó el 6 de agosto, luego de una larga lucha contra una rara enfermedad (una variante de ELA), que lo privó poco a poco de sus movimientos.
Fue un brillante historiador, periodista y ensayista. Su Postguerra (Ed. Taurus, 2005), "una historia de Europa desde 1945", es una bendición para los jóvenes que quieran entender su siglo más allá de las capillas ideológicas y religiosas.
Su espíritu crítico entró en colisión con la política oficial israelí. Tony Judt fue sionista en su juventud y militó en el ejército israelí durante la Guerra de los Seis Días, en 1967.
A partir de un artículo en el New York Review of Books (Israel, the alternative, octubre 2003) fue discriminado y excluido, acusado de antisemita, de judío que se odia a sí mismo.
En Sor Juana Inés de la Cruz, las Trampas de la Fe, Octavio Paz explica: "En otras sociedades, por encima de la cofradía anónima de lectores normales, hay un grupo de lectores privilegiados que se llaman el arzobispo, el inquisidor, el secretario general del Partido, el Politburó. Esos lectores terribles [...]". Pues yo encuentro que en nuestras sociedades también hay lectores terribles, además de los mencionados, que deciden sancionar al periodista o escritor que cuestiona sus políticas. Han perdido algún poder, pero siguen existiendo, y hay más.
Antonio Muñoz Molina, en su artículo Un elogio de la socialdemocracia, habla de Tony Judt y de su libro Ill Fares the Land. Trancribo a Muñoz Molina: "Los que llevaban treinta años denostando al Estado han tenido que recurrir a él para que los salve de la ruina que ellos mismos provocaron con su codicia. Deberíamos estar mucho más furiosos, dice valerosamente Tony Judt desde su cama de inválido; y deberíamos reunir de una vez nuestras causas diversas en una gramática común de la emancipación".
Pero de esto hablamos más extensamente en el artículo "Tony Judt y la socialdemocracia".

lunes, 2 de agosto de 2010

Wikileaks: la militancia 2.0

La palabra militancia ha adquirido, a nuestro pesar, una connotación de fanatismo milenarista, de entrega absoluta a alguna variedad de apocalipsis, fin de mundo, revolución, utopía, rapture o juicio final. Se llama hoy militantes a los soldados de causas que van desde la realización del perfecto comunismo, punto de llegada y final de la historia, hasta el triunfo absoluto de la ley islámica, se aplica a gente más dispuesta a morir que a vivir.
Hay, sin embargo, militantes en el sentido que dábamos antes a esa palabra: el trabajador voluntario de una empresa social, el que contribuye por vocación a un colectivo que realiza un proyecto, que puede ser casa, camino o comedor infantil, que puede también ser Wikileaks o soft libre.
Justamente, de Wikileaks queremos hablar.
Cientos de voluntarios y una ingeniería sagaz montaron una organización que se dedica a publicar documentos comprometedores y a poner en aprietos a instituciones poderosas, desde estados a ejércitos o bancos.
Estos voluntarios o militantes no se reúnen en un galpón ni hacen asambleas de cuerpo presente. Se conocen por la web y comunican entre sí por su intermedio.
Empezaron en 2006 y tienen ya varios trofeos colgados en su pared virtual, donde exhiben la cabeza de varios grandes depredadores de la sociedad globalizada del siglo XXI. Por ejemplo los bancos islandeses y el Ejército estadounidense en Afganistán.
La hazaña más reciente es la revelación de seis años de informes militares estadounidenses hechos desde el teatro de la guerra en Afganistán, una carpeta de 92 mil documentos secretos.
Esos archivos fueron puestos a disposición de varios diarios y fueron revisados y publicados coordinadamente por Der Spiegel, The Guardian y el New York Times el lunes 26 de julio.

viernes, 30 de julio de 2010

Paranoia (justificada)

Nuevas tecnologías entran en juego y cambian la escena del crimen.
Las novelas policiales del futuro tendrán un arsenal de posibilidades para tejer su trama que hasta ayer desconocíamos.
La realidad cambiará también. Nuestra derecho a la privacidad, en jaque en el cyberespacio, se verá asediado por nuevas amenazas. Veamos algunas:

Bacterias forenses
Cuando cometemos un asesinato tenemos que cuidarnos de no dejar huellas digitales u otros elementos personales que puedan incriminarnos. Ellos incluyen desde hace un tiempo rastros corporales con nuestro DNA, que nos identifica. Henos aquí que ahora hay otro factor de riesgo.
En la Universidad de Colorado, en Boulder, un equipo científico estudia las poblaciones de bacterias en distintas partes del cuerpo humano. Descubrieron que hay varios mini-ecosistemas de bacterias instalados, que nos ayudan en distintas funciones en nuestra vida. Esos grupos difieren entre sí según las partes del cuerpo en que estén, y más importante aún: varían de persona a persona y muestran una gran estabilidad en el tiempo. Sólo 13 % de la población de las colonias de la palma de la mano es compartida entre dos individuos, dicen.
Esto podría servir (condicional, no comprobado todavía) para identificar al individuo que tipeó dejando muestras de sus colonias de las yemas de los dedos sobre las teclas, por ejemplo. No solamente vamos sembrando el mundo de nuestro DNA, también dejamos una huella de colonias de bacterias en nuestro camino. No se puede decir que vamos por la vida sin dejar rastro. Brrr.
Artículo científico: Forensic identification using skin bacterial communities.
Artículo de revista: Science Now.

Grabaciones fechadas
Un nuevo procedimiento permite fechar con precisión, a la fracción de segundo, los videos y las grabaciones de voz. Utiliza las variaciones de frecuencia que ocurren constantemente en la red de distribución de energía eléctrica, que dejan huellas en los registros, aunque estos se hayan hecho con aparatos funcionando con baterías. Un monitoreo continuo de la variación de la frecuencia permite comparar y determinar la hora de la grabación. Permite detectar y descartar falsificaciones, alteraciones, supresiones y agregados, hechos sobre la pieza investigada. Ya fue utilizado con éxito este año en Londres.
Artículo completo: Power lines act as police informers.

Falsificación de certificados electrónicos
Con la cooperación de la autoridades de certificación, agencias del gobierno EEUU podrían apoderarse de llaves de encriptado y impostar un sitio web, poner en confianza al usuario que usa criptografía fuerte y leer toda su correspondencia sin de hecho quebrar el código.
El artículo de la Electronic Frontier Foundation:
New research suggests that governments may fake SSL certificates
Esto está en la fase de investigación y es comunicado con mil precauciones. Quizás este temor no esté justificado.

DNA fabricado
Esto es más serio, y no es una sospecha. Lo informa el New York Times: científicos en Israel consiguieron fabricar muestras de sangre y saliva que correspondían con el DNA de una persona que no era el donante de la sangre y la saliva. Se puede armar una escena del crimen para inculpar a una persona. Si se tiene el perfil genético de una persona en una base de datos, se puede incluso fabricar su DNA para ponerlo en una muestra, sin necesidad de tener tejidos de esa persona. Se nos cae un ídolo.

domingo, 25 de julio de 2010

Semántica social de la miseria carcelaria

El incendio del 8 de julio en la cárcel de Rocha fue accidental, pero no casual. Quedaron doce muertos y ocho quemados graves.
El hacinamiento, el frío, la falta de medios y la improvisación nos llevaron allí. La Ley de Emergencia Carcelaria fue aprobada en la estela turbulenta de la tragedia. Parece que la sociedad y el sistema político empiezan a despertarse, pero las condiciones no han cambiado.
La miseria carcelaria, habilitada expresa o tácitamente por la ciudadanía y el sistema político, ¿qué significa, cómo debe leerse en clave social?
El archipiélago carcelario es un mundo aparte, es el OTRO mundo, el de la muerte social, donde no valen ni los principios ni derechos que protegen a los ciudadanos que viven de este lado. Al entrar allí no se pierde solo la libertad, también se pierde el derecho a la dignidad, al estudio, al trabajo y a la decencia. Es un mundo donde mandan las mafias de los presos, un mundo sin otras leyes que las que hacen los fuera de la ley. La herida en la dignidad de la persona que inflige la cárcel uruguaya no es reversible; no alcanza con soltar al tipo para que recupere su vida y sus derechos; en la mayoría de los casos su vida ha sido destruida, sus dignidad mancillada, su valor es medido por otros raseros. Al salir se encuentra sin mujer, sin familia, sin casa y sin trabajo. No perdió solamente su libertad, perdió toda su vida anterior. Muy pocos tienen los recursos propios - autoestima, familia y amigos - para sobreponerse a tan mala liga.
La cárcel es mucho más que una sanción transitoria proporcional a la falta cometida. La cárcel, con su miseria y su abandono, con su corrupción, con su mezcla arbitraria de horizontes y condiciones, expresa un rechazo de la sociedad de afuera, es una etiqueta y una condición estampada sobre el individuo preso, es una expresión de abrumador y aplastante desprecio, es un encierro que perdura más allá de la condena o la sanción.
Para colmo del absurdo, este sistema carcelario agrava los problemas de seguridad, porque afianza y encumbra a los violentos, y los arropa con un círculo de cómplices y sirvientes.
Para reintegrar a los delincuentes, o los considerados tales, primero hay que reintegrar las cárceles al mundo social de los derechos y de la civilización democrática.

domingo, 18 de julio de 2010

Carta de Octavio Paz a Carlos Franqui

La madura lucidez de Octavio Paz (Premio Nóbel de Literatura 1990) se paladea en esta misiva enviada a Carlos Franqui en 1980, para invitarlo a integrar la redacción de su revista Vuelta.

[Extraída del libro de Carlos Franqui "CUBA, LA REVOLUCIóN: ¿MITO O REALIDAD? MEMORIAS DE UN FANTASMA SOCIALISTA" Editorial Península 2006, pp. 402-405]

Paseo de la Reforma nº 389-104

México 5, D.F.

22 de mayo de 1980

Querido Carlos:

Estoy en deuda contigo. Desde hace mucho tiempo quería escribirte pero, como quería hacerlo largamente, no encontraba nunca el momento propicio. Después pensé que te vería en la reunión del Pen Club en Nueva York; por desgracia, a última hora, tuve que renunciar a mi viaje. En fin, ahora me decido a enviarte estas líneas tardías. Perdóname.

Tienes razón en pensar que "los premios dañan". Pero no podemos evitarlos - son parte de los riesgos del escritor moderno - , y el único remedio contra ellos es aceptarlos con escepticismo, como una vacuna contra peores infecciones. También tienes razón en pensar que "la política es el fracaso de la literatura", sólo que, de nuevo, no hay manera de evitarla: la política es nuestro destino de hombres modernos. Tal vez "destino" sea una palabra con una carga bárbara, homérica; así, agrego que la política es un destino que, para cumplirse, reclama nuestra libertad. O sea: hay que asumir la política. Pero asumirla implica no identificarse enteramente con ella, preservar nuestra alma en plena lucha. Esto es lo que tú hiciste y por esto, al perder el poder, ganaste la estimación y el respeto de todos nosotros. Y ésta es, creo, la diferencia entre ellos y nosotros. Para ellos, la política es un absoluto al que todo y todos - hombres, obras y cosas - deben someterse. Su exigencia es la misma de los antiguos cristianos que tanto escandalizó a los paganos. Sólo que el nuevo absoluto, además de ser más feroz que los antiguos, es grotesco: no es un dios, sino una abstracción sin cara.

Una de mis grandes aficiones es la poesía china. Entre mis poetas, hay tres o cuatro contemplativos chinos. Al principio, me turbó saber que aquellos poetas abstraídos en la contemplación de un paisaje sin historia y cuyos poemas eran himnos a la vacuidad, también habían sido funcionarios y que algunos habían sido, incluso, ministros y gobernadores. Después comprendí que en ellos las dos actitudes - la renuncia a este mundo y la acción sobre este mundo - eran complementarias. En las últimas semanas he leído y releído traducciones de poetas griegos y latinos, una tradición de poesía más activa que la china y más directamente enlazada a la historia, y otra vez me ha impresionado ver en todos estos poemas la presencia constante de la política con su cortejo de príncipes, demagogos, caudillos, masas enloquecidas y engañadas, tratados violados y, siempre, la guerra. Tu frase, quizás, podría invertirse, con una leve corrección: "La literatura es el fracaso de la revolución". Quiero decir: la literatura es la venganza de la imaginación contra el fracaso de la justicia. La literatura es asumir la condición a un tiempo insignificante y trágica de los hombres - comenzando por la de cada uno de nosotros -. La literatura es la crítica de la política convertida en absoluto, la afirmación de lo singular frente a la totalidad. En este sentido me siento, como tú, más cerca de Kundera que de Solzhenitzin. Quizás el ruso es un profeta, pero con frecuencia los profetas terminan en inquisidores. Solzhenitzin es un personaje religioso y a medida que pasan los años mi ambivalencia frente a las religiones - todas - es más violenta: me atrae su sed de totalidad, me repugnan sus iglesias y sus sistemas teológicos. Me defiendo de sus absolutos con la duda y la ironía. Mis modelos son Sócrates y Lao She, que sabían sonreír.

Te confío todo esto porque tus reflexiones sobre lo que ocurre en el mundo me han impresionado. Creo que el peligro no es el poderío del imperio ruso, con ser tanto, como la debilidad moral, la miopía y el egoísmo de sus adversarios. Las democracias burguesas no han podido - no han querido - ganarse la amistad de los pueblos pobres. Tampoco han sido capaces de recobrar el temple, la entereza y la lucidez. Pero vivimos el fin de un período, no de nuestra civilización. Los imperios "socialistas" llevan en la sangre la tiranía en el interior y la guerra en el exterior: se destruirán unos a otros. ¿Seremos capaces de impedir que, antes, nos destruyan a nosotros? Si Occidente desapareciese, desaparecería por un siglo o más la posibilidad de cambio. Mi generación y la tuya se enfrentan a un gigantesco equívoco histórico: el "socialismo" no ha sido la solución, la respuesta creadora frente a la crisis del capitalismo, como creían los fundadores en el siglo pasado, sino al contrario, ha sido el tiro por la culata, la respuesta regresiva. Los regímenes marxistas-leninistas no han curado a las sociedades modernas de sus males: no sólo no han extirpado la explotación de los trabajadores, sino que han trasformado la sociedad de clases del capitalismo liberal en la sociedad de castas del capitalismo burocrático totalitario. No hay nada paralelo a esta regresión salvo, quizás, el derrumbe del mundo antiguo: la caída del Imperio Romano de Occidente - Bizancio es otro tema - significó una vuelta a la barbarie, a esa edad oscura de la que hablaron los historiadores del siglo pasado. Pero el "socialismo" totalitario es una regresión más profunda aún que la que fueron los reinos bárbaros que sustituyeron en Occidente al Imperio Romano, entre los siglos V y VII. Si por un milagro histórico, el imperialismo yanqui desapareciese de pronto y en su lugar surgieran regímenes "socialistas" en nuestros países, esos regímenes se harían inmediatamente la guerra entre ellos y se devorarían los unos a los otros. El triunfo de cada "socialismo" no significa la paz, sino la guerra santa universal y permanente - la guerra ideológica.

Lo más triste de todo es que mientras en Europa la "inteligencia" sale, así sea a medias, de su letargo marxista-leninista, en América Latina la realidad atroz del "socialismo real" - por ejemplo Cuba y su "boat people" - no sólo no conmueve a nuestras pensantes cabezas de chorlito, sino que fortalece su devoción hacia Castro. Los García Márquez y los Cortázar no son excepciones, sino legión. En México, además, cuentan con el apoyo del gobierno que, como en los tiempos de Echeverría, se inclina más y más hacia un demagógico pro castrismo, doblado ahora de un pro sandinismo igualmente demagógico. En esta actitud, se juntan un antiamericanismo irracional y populachero con un maquiavelismo no menos irracional y miope. Nuestro gobernantes - sobre todo el Ministerio de Relaciones Exteriores - creen que con esta política pueden neutralizar y comprar a la izquierda nativa - no se equivocan quizás - y también conjurar el peligro que viene de Centroamérica - en lo cual se equivocan burdamente -. En México, como sabes, desde hace más de medio siglo ser "de izquierda" es una profesión burocrática.

Vuelta se ha vuelto - valga el inepto juego de palabras - una isla. Estamos rodeados tanto por las eternas envidias literarias como por el odio teológico de la izquierda, no curada aún de su antiguo estalinismo ni de su más reciente y virulento castrismo. Pero seguimos y persistimos. Naturalmente, no abdicaremos: la literatura y el arte son y seguirán siendo el centro de nuestra revista. Pero continuaremos nuestra razonada crítica política y quisiéramos ampliarla. Ojalá que tú pudieses ayudarnos. Te necesitamos. Tenemos una sección que se llama "Letras, letrillas y letrones". A mí me gustaría mucho que tu colaborases en ella con cierta frecuencia, por ejemplo, cada dos meses, con notas sobre temas de política internacional y política cultural. En general, las notas de "Letrillas" son pequeños artículos con una extensión de entre cuatro y ocho páginas escritas a máquina a doble espacio. Por supuesto, tú podrías escribir sobre todos los temas que se te ocurran, ya sean de política o de arte, de moral o de literatura. Nuestros honorarios son modestos: entre 100 y 120 dólares por nota. Además, claro está, con menos frecuencia, podríamos publicar un ensayo largo, de unas veinte a treinta cuartillas. Los honorarios: entre 250 y 350 dólares. Por correo aparte y aéreo te envío los últimos números de la revista.

Con la esperanza de que aceptes esta invitación, te envío

Un gran abrazo

Octavio Paz

P.D. Estaré en Europa en junio, en Alemania y unos días en París. Puedes escribirle, durante mi ausencia, a Enrique Krauze, secretario de Vuelta: Leonardo da Vinci, 17 bis, México 19, D.F.

sábado, 17 de julio de 2010

Jorge Semprún y el Comunismo

En un reportaje concedido a Marc Riglet de l'Express, publicado el 14 de mayo de 2010, Jorge Semprún habla de su vida, de su condición de escritor francés y español, y de su relación al comunismo. Allí repite su frase: "no soy ni español ni francés, soy un sobreviviente de Buchenwald". Artículo original completo en l'Express
Muchos uruguayos, que militaron en el PCU durante la dictadura, pueden sentirse representados por Semprún cuando responde cómo, conociendo el carácter del estalinismo, sobre todo después del XX Congreso y de la invasión a Hungría en 1956, pudo seguir integrando los cuadros dirigentes del PCE y militando en él:
(Traduzco libremente la respuesta de Semprún:)
En los años 1920-1930 ya hay análisis y testimonios sobre los mecanismos libeticidas del bolchevismo. Pienso en la trilogía de Panait Istrati, "Hacia la otra llama". Leímos ese libro y luego ... lo olvidamos. Tomemos otro ejemplo: hay, sobre la ceguera voluntaria de los militantes, ese libro formidable del belga Charles Plisnier, "Pasaportes falsos", publicado en 1937. En él se explica todo, pero para nosotros jóvenes militantes comunistas antifascistas, es el pasado y pasamos. Este mecanismo de conocimiento y negación se reproduce hasta, digamos, 1956, después de Budapest. En ese momento, es cierto, ya hay bastantes elementos para comprender la verdadera naturaleza del estanilismo y de sacar las conclusiones, como lo hace, por ejemplo, mi amigo Claude Roy.
Es allí que, para mí, hay que tener en cuenta la particularidad del problema. Yo jamás temí decir que, si hubiera sido un intelectual francés, habría reaccionado como mis congéneres, al menos como aquellos a quienes estimaba. Habría abandonado el Partido Comunista en 1956 o bien después del XX congreso. Pero yo era español, antifranquista y vivía clandestino. En España, contra la verdad de Franco, la que llamo la verdad de Iglesia, la acción del partido comunista era un arma de lucha eficaz.
Sea cual sea al fin el juicio de la Historia sobre los crímenes de Stalin, la lucha del Partido comunista español contra el franquismo merecía ser dada. Por añadidura, de manera paradojal, en los años 1950-1960 la resistencia dirigida por y con el partido comunista abre un camino hacia la democracia.
La píldora, la poción amarga del XX Congreso, actuó pues sobre mí con efecto retardado. Fue necesario el descubrimiento progresivo de la irrealidad del subjetivismo espantoso de la política del partido comunista en España para aclarar mis ideas. ¿A qué España nos dirigíamos? A un fantasma. España había cambiado y evolucionado a pesar del franquismo. La juventud española no era más aquella miserable de los años 1940. No podía comprender lo que le decíamos. A partir de ese momento comencé a reflexionar y me puse en situación de ser expulsado. La lentitud en tomar la medida de la abominación del estalinismo viene de mi condición de español luchando contra el franquismo, diciéndose: "Bueno, muy bien. Veremos más tarde. Mientras tanto hay que luchar. La lucha es eficaz."



miércoles, 7 de julio de 2010

¿Somos un invento inglés?

Es una opinión recibida entre los orientales (del Uruguay) que el país existe por una astucia de Lord Ponsonby, el diplomático inglés que negoció el Tratado Preliminar de Paz de 1828.
La prueba de ello es una carta en la cual el Lord explica por qué la solución de la República independiente conviene a los intereses del Imperio de Su Majestad Británica.
La de Lord Ponsonby es una carta lapidaria y convincente. Probablemente sus superiores del Foreign Office hayan quedado tan convencidos como nosotros de que el Embajador había servido con eficacia los intereses ingleses.
Y seguimos convencidos: la independencia de la República le venía bien a Inglaterra. ¿Pero es eso suficiente para concluir que existimos como estado independiente como simple emanación de esos intereses? ¿No había en juego otras fuerzas que tuvieron un papel tanto o más importante en el desenlace, una configuración de poderes e intereses más amplia y determinante?
Es claro. La "presión inglesa" tan mentada, puede haber sido oportuna y eficaz, pero su fuerza no es comparable con la de los mastodontes en presencia, las Provincias Unidas y el Imperio del Brasil, en guerra por y sobre nuestro territorio, sin decisión militar estable en el horizonte. Es en esa situación de equilibrio que juega y define la diplomacia inglesa.
En el artículo de Wikipedia Convención Preliminar de Paz de 1828, dice: "Los jefes militares argentinos se dividieron: los nacidos en la Banda Oriental pasaron a ser los primeros jefes militares uruguayos, quienes rápidamente entraron en conflicto." ¿Puede haber algo más falaz? ¿Rivera "jefe militar argentino"?
Si se parte de la inexistencia de los orientales se llega a la inexistencia de los orientales. La verdad es que el conflicto anunciador de una identidad diferente entre la gente de Buenos Aires y la de Montevideo y la Banda Oriental empezó muy temprano, hizo crisis en 1813, se afirmó con el apogeo de Artigas y culminó con la complicidad con la invasión portuguesa de 1817.
Ni los orientales ni sus jefes militares nacieron con la Convención Preliminar de Paz.
No somos un invento inglés.

El avión a energía solar desafía la noche

Estamos otra vez en el siglo XIX, la época de los inventos que revolucionaron nuestra vida cotidiana y la sociedad toda: el teléfono, la luz eléctrica, los automóbiles.
Julio Verne anticipó en sus novelas los viajes a la Luna, el submarino, por hablar de las cosas que se dieron luego en la realidad, y otras que no, pero que poblaron la imaginación de la juventud, como la Isla Flotante o el Viaje al Centro de la Tierra.
Un inventor suizo, Bertrand Piccard, que se hizo famoso por haber dado la vuelta al mundo en globo sin escalas en 1999 - otra hazaña que recuerda a Julio Verne - construyó un avión propulsado a energía solar. El aparato, de enorme envergadura, como un A340, pero muy liviano, apenas 1600 kg, tiene hélices movidas por motores eléctricos a baterías. Estas son cargadas por células fotovoltaicas que captan la luz solar.
Ahora despegó para ensayar de mantenerse en el aire 24 horas, de desafiar la noche que lo priva de su alimento, y tratar de vivir de la energía acumulada por sus baterías durante el día.
El avión se llama Solar Impulse.
Más aquí: L'avion Solar Impulse va affronter la nuit.
Y mucho más si googlea "Solar Impulse".

lunes, 28 de junio de 2010

ESTOY A FAVOR DEL MATRIMONIO ENTRE CATÓLICOS

(Transcrito del blog Psicofonías )

Estoy completamente a favor del permitir el matrimonio entre católicos.

Me parece una injusticia y un error tratar de impedirselo.

El catolicismo no es una enfermedad. Los católicos, pese a que a muchos no les gusten o les parezcan extraños, son personas normales y deben poseer los mismos derechos que los demás, como si fueran, por ejemplo, informáticos u homosexuales.

Soy consciente de que muchos comportamientos y rasgos de caracter de las personas católicas, como su actitud casi enfermiza hacia el sexo, pueden parecernos extraños a los demás. Sé que incluso, a veces, podrían esgrimirse argumentos de salubridad pública, como su peligroso y deliberado rechazo a los preservativos. Sé también que muchas de sus costumbres, como la exhibición pública de imágenes de torturados, pueden incomodar a algunos.

Pero esto, además de ser más una imagen mediática que una realidad, no es razón para impedirles el ejercicio del matrimonio.

Algunos podrían argumentar que un matrimonio entre católicos no es un matrimonio real, porque para ellos es un ritual y un precepto religioso ante su dios, en lugar de una unión entre dos personas. También, dado que los hijos fuera del matrimonio están gravemente condenados por la iglesia, algunos podrían considerar que permitir que los católicos se casen incrementará el número de matrimonios por "el qué dirán" o por la simple búsqueda de sexo (prohibido por su religión fuera del matrimonio), incrementando con ello la violencia en el hogar y las familias desestrucuturadas. Pero hay que recordar que esto no es algo que ocurra sólo en las familas católicas y que, dado que no podemos meternos en la cabeza de los demás, no debemos juzgar sus motivaciones.

Por otro lado, el decir que eso no es matrimonio y que debería ser llamado de otra forma, no es más que una forma un tanto ruín de desviar el debate a cuestiones semánticas que no vienen al caso: Aunque sea entre católicos, un matrimonio es un matrimonio, y una familia es una familia.

Y con esta alusión a la familia paso a otro tema candente del que mi opinión, espero, no resulte demasiado radical: También estoy a favor de permitir que los católicos adopten hijos.

Algunos se escandalizarán ante una afirmación de este tipo. Es probable que alguno responda con exclamaciones del tipo de "¿Católicos adoptando hijos? ¡Esos niños podrían hacerse católicos!".

Veo ese tipo de críticas y respondo: Si bién es cierto que los hijos de católicos tienen mucha mayor problabilidad de convertirse a su vez en católicos (al contrario que, por ejemplo, ocurre en la informática o la homosexualidad), ya he argumentado antes que los católicos son personas como los demás.

Pese a las opiniones de algunos y a los indicios, no hay pruebas evidentes de que unos padres católicos estén peor preparados para educar a un hijo, ni de que el ambiente religiosamente sesgado de un hogar católico sea una influencia negativa para el niño. Además, los tribunales de adopción juzgan cada caso individualmente, y es precisamente su labor determinar la idoneidad de los padres.

En definitiva, y pese a las opiniones de algunos sectores, creo que debería permitirseles también a los católicos tanto el matrimonio como la adopción.

Exactamente igual que a los informáticos y a los homosexuales.