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lunes, 23 de abril de 2012

¿Qué peso tiene la cultura comunista en el FA?

Hablando de las elecciones francesas y del candidato del Front de Gauche, Jean-Luc Mélenchon, Daniel Cohn-Bendit decía que éste resucitaba la cultura comunista y el discurso de la Guerrra Fría. El politólogo francés Pascal Perrineau afirma que la cultura comunista sigue existiendo en la extrema izquierda francesa. Esa cultura política resistió a la desaparición del aparato comunista. Las palabras de Perrineau creo, pueden aplicarse al Uruguay.

Fíjense si no:
¿Qué dirigente frenteamplista osará desmentir a Juan Castillo, candidato comunista a la presidencia del Frente Amplio, cuando declara que su objetivo es la construcción del socialismo en el Uruguay, y que actualmente estamos en un proceso de “acumulación de fuerzas” para ello?
Cuestionar esa afirmación toca a lo sagrado, el “socialismo” o sea el bien, opuesto al “capitalismo” o sea el mal. ¿Quién va a decir que el objetivo del FA es la libertad, la justicia social, el progreso económico y la paz mundial, y no la instauración del socialismo en uno o más países? ¿Quién va a proclamar que el FA es reformista, y no revolucionario?
¿Quién va a afirmar que el FA intenta actuar el paradigma de la socialdemocracia europea, sobre todo la nórdica, que se aplicó, en largas décadas de gobierno, en construir un sistema de protección social eficiente, ejemplar para nosotros, al mismo tiempo que una industria privada pujante y competitiva en el mundo, junto a una tecnología de primer nivel, todo capitalista, por supuesto?



Puede que la “acumulación de fuerzas” para el pasaje al socialismo, que Juan Castillo supone inscrita en la patrimonio genético del FA, sea el pensamiento mayoritario en él. Eso se podrá dirimir, quizás, en las próximas elecciones del 27 de mayo 2012 para la presidencia de esa fuerza política, siempre que los demás candidatos se pronuncien sobre ese punto preciso.
Si así fuera, las elecciones para presidente del FA serían un paso hacia la “actualización ideológica” del mismo, y no un mero desvío, una pura distracción. (ver en el blog “la Actualización ideológica del FA”.)
No tengo información sobre la posición de cada uno en este tema. Es una carencia.
Cualquiera que aporte un dato sobre el pensamiento de Agazzi, Xavier o Rubio acerca de la “acumulación de fuerzas” para la “transición al socialismo”, será bienvenido.
Declaraciones de Juan Castillo a El Espectador (20 de abril 2012)

sábado, 21 de abril de 2012

Sorpresas de la campaña electoral francesa

El próximo domingo 22 de abril tendrá lugar la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, con diez candidatos en presencia.
Hay para todos los gustos, como una mesa de quesos en un buen restorán galo. La polvareda y la confusión que reinaban a mediados de marzo parecen asentarse.
Los sondeos de los últimos días, en la víspera del cierre de la campaña y el comienzo de la veda, pronostican un final sin grandes sorpresas, con un panel de finalistas de segunda vuelta asegurado: François Hollande, el candidato socialista, contra Nicolás Sarkozy, el presidente saliente. Y en la segunda vuelta, un margen considerable a favor del socialista, de 55 contra 45 por ciento, margen que está muy por encima del error estadístico de las encuestas. Por otro lado, en 2007 las encuestas de antes de la primera vuelta predijeron el resultado de la segunda con medio punto de error. No por casualidad ya comenzó la ronda de los aspirantes a primer ministro en el campamento de Hollande, desmentida, por supuesto.
El orden en que lleguen en la primera vuelta, en cambio, no está exento de incertidumbre. Probablemente llegue primero Hollande, a quien se le atribuye 3,5 puntos más que a Sarkozy.
La distancia en intenciones de voto con los demás candidatos aleja la probabilidad de una sorpresa estilo 2002, cuando en vez del socialista Jospin, favorito, llegó Jean-Marie Le Pen, de extrema derecha, a enfrentarse con el presidente saliente Jacques Chirac. Los más próximos contendores de los dos punteros están a más de diez puntos detrás. Marine Le Pen, hija de Jean-Marie y candidata de la extrema derecha figura en los sondeos con 16 % y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon con 14 %. Pero tampoco es seguro cuál de estos dos será “el tercer hombre”, pues la diferencia es pequeña y está comprendida en el margen de error.
Más atrás aún, el centrista Bayrou con 10 %, que intentará convertirse en el fiel de la balanza en las elecciones parlamentarias de junio, pero cuya débil votación le dificultará la tarea. Los ecologistas, con un desalentador 2 %, están en crisis con su candidata Eva Joly, una ex juez, y vieron buena parte de su electorado absorbido por la aspiradora del pujante Mélenchon.
Este, un ex socialista (1977-2008), ex trotskista-lambertista de la Organización Comunista Internacionalista (1968-1977), es quien ha sido la sorpresa de esta campaña.
Carismático y arrollador, Mélenchon pasó “por su verba, por su habilidad y capacidad para movilizar los símbolos que tocan el inconsciente de la izquierda [...] de una posición marginal a la de tercer hombre, quizás”, dice el politólogo francés Pascal Perrineau. “Supo articular su discurso sobre las inquietudes francesas frente a la mundialización”. Pero su talento no lo explica todo: “El hecho es que la cultura comunista sigue existiendo. Resistió a la desaparición del aparato comunista, que tocó fondo en 2007” con menos de 2 % de votos en la elección presidencial. “Esta cultura existe en los electores del Partido Comunista, pero también en el electorado de extrema izquierda. [...] existe también en una parte del electorado socialista donde reaparece el viejo complejo de no estar jamás lo bastante a la izquierda.” Parece que hablara de Uruguay, pero habla de Francia.
Según este politólogo, director del instituto de investigaciones políticas de la prestigiosa Sciences Po de París, Mélenchon puede causar problemas a Hollande si llega a un nivel muy alto de votación en la primera vuelta. Recuerda que en 1978 la izquierda perdió elecciones parlamentarias por la gran fuerza del Partido Comunista, que ahuyentó los votos hacia la derecha.
Todavía quedan 17 % de indecisos y 11 % cuya opción no es definitiva. Puede haber algunas sorpresas en la primera vuelta.
Ver el sondeo de IPSOS del 20 de abril (en francés).

viernes, 6 de abril de 2012

Catorce de abril, el Titanic otra vez

El 14 de abril de 2012 se cumple el cuadragésimo aniversario de la declaración de “guerra” del MLN y del comienzo del terrorismo de estado, en democracia y con aprobación parlamentaria.
La famosa “guerra”, que comenzó por una campaña de atentados contra personalidades vinculadas al Escuadrón de la Muerte, fue de corta duración. En el curso del mismo día la ofensiva guerrillera se transformó en defensiva, y terminó a los pocos meses en una derrota total.
Los métodos de las "Fuerzas Conjuntas" (policía, marina, aviación y ejército, pero al mando de este último) fueron los del terrorismo de estado, que hoy conocemos bien. El prisionero es dejado indefinidamente a merced de sus verdugos. Capucha o venda, tortura -- picana, submarino, plantón y cuelgue --, detención en lugares no revelados, nada ni de “habeas corpus” ni de visitas familiares, a todos los detenidos. Lo que equivale a desaparición forzada. Este régimen se aplica al prisionero durante semanas o meses -- y a veces se prolonga en desaparición forzada para siempre. Todo esto es bien sabido, pero no está de más refrescarlo.
Se recuerda menos que la irrupción de la violencia ocurrió en medio de una gran movilización popular. La crisis golpeaba fuerte y la conflictividad era máxima. La CNT estaba unida y, el día anterior, 13 de abril de 1972, se había cumplido un paro general en todo el país, observado rigurosamente hasta en las maternidades. Mi hija nació ese día y puedo dar fe.
El MLN pateó el tablero. Tanto más torpemente que no habían revelado al público la información que poseían sobre su objetivo, el Escuadrón de la Muerte. Hasta hoy solo se conoce de esa organización terrorista y criminal lo que el MLN reveló sobre ellos. Secuestraron e interrogaron a un fotógrafo del Escuadrón, Bardesio. Las grabaciones de las declaraciones de Bardesio fueron distribuidas clandestinamente ese mismo 14 de abril, cuando ya el estruendo de las armas había ensordecido a la sociedad.
La nueva situación fue catastrófica para la movilización sindical y popular. Cambió el clima de la calle, con los patrullajes incesantes y las detenciones violentas y arbitrarias. Las esperanzas de un cambio, que algunos ponían en la nueva fuerza electoral (el F.A.), estrenada en las elecciones de 1971, y otros depositaban en la lucha radical de los trabajadores organizados, se frustraron por el cambio brusco de las reglas de juego.
Invitadas por la derecha colorada y blanca, las Fuerzas Armadas habían entrado en escena. No la dejarían hasta 13 años después, dejando en el país una estela de muerte y de injusticia.

Justa, un personaje de “Fratelli” (*), narra la historia de sus amigos: “Cuando se embarcaron en el Titanic de la Utopía, capitaneado por Fratelli, nosotras los despedimos en el muelle, agitando pañuelos y lágrimas.”
El 14 de abril es el centésimo aniversario del naufragio del navío RMS Titanic, en aguas del Atlántico Norte. Vaya coincidencia.

(*) “Fratelli”, novela de Eduardo Mariani, publicada en 2002. El personaje representa el entorno de los militantes, los amigos que los apoyaron y acompañaron, por amistad o amor, pero sin participar de su fe.