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domingo, 26 de diciembre de 2010

Los lectores terribles (II): los bancos

Tenemos una nueva clase de censores para agregar a la lista: las instituciones financieras, que ahora, no contentas con hacernos pagar sus fallas y sus excesos, quieren decidir qué podemos leer y qué no, de qué podemos enterarnos y de qué no.

Traduzco parte de un editorial del New York Times (25 dic 2010) Banks and Wikileaks:
" El [...] sitio web Wikileaks no ha sido acusado de crimen alguno. El Departamento de Justicia ni siquiera levantó cargos por la revelación de comunicaciones confidenciales del Departamento de Estado. Sin embargo, la industria financiera trata de cerrarlo.
"Visa, MasterCard y PayPal anunciaron en las pasadas semanas que no darían curso a ninguna transacción destinada a Wikileaks. Este mes, el Bank of America decidió imitarlos, con el argumento de que Wikileaks podría estar haciendo cosas que son 'incompatibles con nuestras políticas internas de procesamiento de pagos'.
"[...]
"El hecho es que los bancos no son un negocio como cualquier otro. Manejan el sistema de pagos. Esa es una de las principales razones por las cuales los gobiernos los protegen de la quiebra [...] Tienen puntos en común con un servicio público. Una compañía de telecomunicaciones, por ejemplo, no tiene derecho a rehusar un servico teléfonico o de banda ancha a una organización que no le gusta, argumentando que parece un negocio riesgoso.
"[...]
"Sin embargo, hay preguntas inquietantes. La decisión de excluir a la organización vino después de que su fundador, Julian Assange, dijo que el año próximo publicarán información revelando corrupción en la industria financiera. En 2009, el Sr. Assange dijo que Wikileaks tenía en su poder el disco duro de un ejecutivo del Bank of America."
Y el New York Times siente que el sayo le cae bien a él mismo:
"¿Qué pasaría [...] si decidieran - uno a uno - cerrar el acceso financiero a un diario que se aprestara a revelar verdades irritantes sobre sus operaciones? [...]"

Buena pregunta, la que se hace el editorialista del New York Times. Creo que se la hacen, sotto voce, muchos diarios que moderan y relativizan su participación en las revelaciones de Wikileaks.
El corte de los flujos financieros tiene un efecto devastador, como lo señala el propio Assange en una entrevista en Le Monde. "Hemos perdido de ganar 100 mil euros por día".
Y denuncia la censura: "una censura económica extrajudicial, resultante de ingerencias políticas". Censura financiera que viene detrás de la expulsión del servidor de Amazon.com y del servidor de nombres (DNS).

Los "lectores terribles", de quienes habla Octavio Paz, "un grupo de lectores privilegiados que se llaman el arzobispo, el inquisidor, el secretario general del Partido, el Politburó". Ahora debemos contar a las instituciones financieras en ese grupo privilegiado.

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