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lunes, 25 de junio de 2012

Una tableta por niño

Según nos informa Wired (junio 2012), Nicholas Negroponte, el fundador de la OLPC (una computadora por niño) está llevando a cabo una nueva experiencia.
¿Pueden los niños aprender a leer sin escuela, maestros o libros? Negroponte quiere averiguarlo y para ello consiguió que un paquete de tabletas alimentadas a energía solar (la XO 3.0 diseñada por Yves Behar) fueran distribuidas en Wolenchite, un pequeño pueblo etíope, donde no llega la electicidad y campea el analfabetismo.
Niños entre 4 y 12 años empezaron a jugar con los aparatos. “Le llevó al primer niño 15 minutos entender cómo encenderlo”, dice Negroponte, “en 3 minutos más, todos los otros 20 lo hicieron”.
Las tarjetas SIM de las tabletas registran el uso de la aplicaciones. Al cabo de una semana, los niños habían comenzado a utilizar 47 de ellas. Dos semanas después recitaban el alfabeto en voz alta.
¿Pueden las máquinas solas llevar a los niños hasta la lectura y la comprensión? “Se sabrá en seis meses”.
Hasta aquí la noticia de Wired.
Más allá, está la discusión teñida de ideología sobre la inocencia perdida de los niños en ese pueblito etíope, la preocupacion sobre el seguimiento de los niños a quienes se les abre una ventana al mundo, ¿se les cerrará como se les abrió?, y sobre la fatalidad de la globalización, incluso en su aspecto de comunicación y cultura global.

viernes, 8 de junio de 2012

IPv6: la libertad de la razón


El miércoles 6 de junio los principales actores de la red informática del mundo saltaron  o “migraron” de la versión 4 a la versión 6 del protocolo IP.
Un gran número de ISP (proveedores de acceso a Internet), fabricantes de equipos y compañías de la web, habilitaron de manera permanente el protocolo IPv6 en sus servidores. Lo hicieron de común acuerdo, pública y simultáneamente, y luego de haber ensayado extensamente a lo largo de varios años y por escalones sucesivos, la nueva versión. En particular, se realizó un ensayo general de la operación un año antes, el 8 de junio de 2011.
La página del evento, World IPv6 Launch, enumera los participantes y llama a adherir. Están todos los que conocemos y también los que ignoramos: Facebook, Google, Yahoo, Wikipedia, Bing, Mozilla, Terra, Debian y un largo etcétera.
Se puede seguir la evolución de la operación minuto a minuto en la página de Measurements (Medidas), donde se ven gráficas del número de sitios accesibles por el protocolo IPv6.

Pero ¿de qué se trata?
Para entender de qué se trata, hay que tener presente que las computadoras comunican entre sí por Internet --por ejemplo mi laptop y el servidor de Amazon-- intercambiando archivos y datos por cuenta de sus usuarios, humanos o no.
Esos archivos son, por ejemplo, las páginas mostradas por mi navegador. Esto es la World Wide Web (www), asociación de computadoras o servidores con contenido, cuya base es Internet, la comunicacion entre ellas. Se trata de dos niveles distintos de comunicación, en la que uno (el IP) es utilizado por el otro (la www).
Al nivel de la www, los contenidos se pueden considerar como un todo, un “hipertexto”, donde múltiples textos, imágenes, videos y contenido multimedia en general, están relacionados por (híper) vínculos; el hipertexto se recorre pasando de un elemento a otro, según una infinidad de caminos posibles en él, por ejemplo cuando leemos las noticias en un diario y pasamos a un documento pdf y luego a un video en youtube. El hipertexto de la www reposa en la comunicación entre computadoras por Internet.
La comunicación entre computadoras se realiza mediante “protocolos” o procedimientos estipulados, que pautan el proceso desde el inicio al fin de la operación. El protocolo IP (Internet Protocol) es un pieza básica porque contiene la dirección de los corresponsales, entre otras cosas, como la protección contra errores.
La versión precedente del IP (v4) reserva para la ubicación del corresponsal una expresión de 8 cifras hexadecimales, algo así como 4 mil millones de números. Poco, si se tiene en cuenta que pronto habrá sobre la Tierra 7 mil millones de habitantes, para comparar con alguna cifra.
El espacio de dirección quedaba chico, eso se vio hace tiempo, pero para agrandarlo era necesario cambiar todo el protocolo. Nació la IPv6 en 1998 de la IETF (Internet Engeeniering Task Force). El nuevo protocolo habilita (2 elevado a la 128) direcciones, un número inimaginable. Para tener una idea, cada milímetro cuadrado del planeta Tierra puede tener 670 mil billones de direcciones. Esto permitirá conceder una dirección permanente a cada dispositivo de cada persona, desde el celular al llavero, las puertas, los electrodomésticos de la casa, a las partes de cada máquina de todas las fábricas, etc, etc.

La libertad y la razón
Se comprende la importancia de este cambio, que abre la puerta de un desarrollo técnico potencialmente enorme. La extensión de Internet (y aquí me refiero no solamente a la red de computadoras sino también a la multitud de contenidos de la www que transita por ella) es rica en posibilidades de libertad de expresión y de participación de extensos sectores de la humanidad en un diálogo universal.
El cambio de versión de protocolo de Internet solo es posible con el libre consentimiento de una pluralidad de actores y poderes, protagonistas de la red global. Ese consentimiento es voluntario, es interesado solamente en el progreso en extensión de la comunicación, es inteligente y motivado por la razón, y es concedido después de largas deliberaciones.
Las normas del protocolo de Internet se llaman RFC más un número, por ejemplo la de la IPv6 es RFC 2460. RFC quiere decir “Request For Comments”, o sea “Pedido de comentarios”.
No son decretos de ninguna autoridad superior, provienen de la aceptación por el mundo de la ingeniería y de la industria, múltiple de por sí. La entidad que los genera, la IETF (Internet Engineering Task Force) es de afiliación individual, organizada en grupos y orientaciones de trabajo.
Esto la diferencia de la ISO (normas internacionales) y la UIT-T, los otros productores de normas internacionales en informática.  La ISO es una organización no gubernamental integrada por un delegado de cada país, designado por el instituto de normas local, en el cual generalmente existe significativa participación del estado. La CCITT es un consorcio de los correos y telégrafos nacionales, forma parte de la ONU y se llama, a partir de 1992, UIT-T. Esto es, son burocracias internacionales, a veces fastidiosas, a veces indispensables.
Internet (en sus protocolos actuales) se impuso como “estándar de mercado”, desplazando a las propuestas de la UIT-T. Se puede decir que Internet es un triunfo del mercado y de la ingeniería libre, contra la burocracia.
La elaboración de las normas de Internet en libertad y en base a la razón y al consenso, por creadores individuales, es un brillante ejemplo de autoorganización, así como lo es la propia red, que está diseñada para auto organizarse y configurarse dinámicamente. Como todo sistema autoorganizado, tiene propiedades emergentes.
La libertad de expresión en el mundo, y en consecuencia también la libertad a secas, depende hoy de la libertad en las comunicaciones electrónicas. Que sus normas se decidan libremente, en base a la razón y al diálogo, es una buena base.