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jueves, 17 de marzo de 2011

¿Quién debe ser transparente?

¿Qué relación existe entre los abusos a los que está siendo sometido el soldado norteamericano Bradley Manning, sospechoso de filtrar documentos publicados por Wikileaks, y la prohibición de encriptar los correos electrónicos que padecen los ciudadanos cubanos?

Bradley Manning, soldado de primera destacado en Afganistán, fue detenido acusado de filtrar informaciones. Entre ellas se encuentra el video que muestra el asesinato, en 2007, de civiles y periodistas por un helicóptero de su propio país (ver Collateral Murder en Youtube). No se sabe que alguien esté siendo sometido a juicio por ese crimen, pero sí el que lo denunció. Y está siendo "apremiado", como lo revela su padre y un editorial del New York Times.
Yoani Sánchez, la bloguera cubana de Generación Y, nos relata las dificultades que tienen los cubanos para adquirir y utilizar software de encriptado, necesario para corresponder por internet sin exponerse a miradas ajenas. ¡Ojo! No es que el encriptado sea libre en los demás países, al contrario, en muchos lugares el estado lo somete a distintas restricciones, pero en general es fácil procurárselo y legal utilizarlo.

Esto nos lleva a la pregunta: ¿Quién debe ser transparente? ¿El Estado, la administración de la cosa pública, o los individuos y los ciudadanos?
En una sociedad libre, gobernada democráticamente, la respuesta parece evidente: el Estado. Es necesaria la transparencia de las instituciones para que se pueda ejercer un control ciudadano, a través de la información y del voto responsable.
La prensa, en un sentido amplio -- diarios, radios, televisión, blogs, etc. -- juega un rol decisivo en la difusión y en el procesamiento de la opinión que conduce al voto.
No menos importante es la libertad necesaria para asociarse, discutir, pensar, publicar y difundir puntos de vista sobre todos los temas. Los individuos, y en especial los ciudadanos, deben poder elaborar libremente, sin ingerencias, sin intromisiones, su pensamiento y su opinión. Este proceso no es, no debe ser, no necesita ser transparente. No es necesario que todas la etapas de la producción de una idea sean conocidas.
Los individuos deben poder desarrollar su vida privada y su vida política sin que el Estado les respire constantemente en la nuca. Es una condición esencial de la libertad. Los ciudadanos deben tener la posibilidad de deliberar a solas, lo mismo que lo hagan de cuerpo presente o por el éter.

No obstante, estamos presenciando una inversión de estos valores.
El Estado se vuelve cada vez más secreto, más opaco, por un lado, y por otro se pretende que los ciudadanos sean más transparentes, se nos considera a todos sospechosos y criminales en potencia, y se sostiene que es necesario espiarnos y ficharnos para reprimir los futuros delitos.

La reacción del gobierno norteamericano frente a las revelaciones de Wikileaks es un ejemplo de esto: negar los hechos y abroquelarse más, para que la fuga no vuelva a ocurrir. Eventualmente, además, aprovechar para sembrar desinformación. A Manning se le apremia (en realidad, tortura, más o menos brutal) -- además de amenazarlo con la pena capital por "colaboración con el enemigo" y 52 años de cárcel -- para que confiese una vinculación con Assange, el fundador de Wikileaks, y poder aprisionar a éste. El "enemigo" obviamente es la prensa.

El régimen cubano puede plantarse como paradigma de la negación del derecho a la privacidad, individual y colectiva. Cito a Yoani Sánchez en su blog:

" [...] en esta Isla, donde cada gesto de privacidad es interpretado como la prueba de una conspiración, el tomar medidas para que un mensaje o la información de nuestro ordenador estén protegidos se convierte en algo obsceno e ilegal.Bajo esa misma premisa, muchos de los albergues en las escuelas al campo tenían duchas sin cortinas porque cubrirse era contrario al colectivo. La reserva pasó a ser profundamente contestataria y llevar un diario secreto –donde narrar las incidencias personales– se convirtió en una actitud aburguesada que concluía cuando el jefe de destacamento tomaba tus escritos y los leía públicamente frente al aula. Todavía hoy, pocos de mis compatriotas tocan la puerta de una habitación antes de entrar y el deporte de husmear en la vida de otros no es exclusivo de los Comités de Defensa de la Revolución sino de todo el vecindario. Vulnerar el círculo íntimo del ciudadano se hizo práctica tan frecuente que a nadie le asombra que en nuestra pantalla chica salgan grabaciones telefónicas de clientes de ETECSA o fotos del interior de la vivienda de algún individuo crítico. Ahora, la nueva “bestia negra” son los softwares de encriptación. Los militares, que se han pasado la vida creando códigos para salvaguardar su información, deben estar muy molestos porque similares tecnologías ya estén al acceso de todos".

Todo lo cual abunda en el sentido que decíamos: luchemos por la transparencia del Estado y por el derecho a la privacidad de los individuos, y en particular, por el derecho a encriptar nuestras comunicaciones.

viernes, 4 de marzo de 2011

El método Cóndor

Ya son dos, los líderes políticos asesinados en Pakistan en lo que va del 2011.

El primero, Salman Taseer (61), gobernador de la provincia de Punjab, fue baleado en martes 4 de enero en pleno día. Su asesino se proclamó esclavo del profeta y ejecutor de la sentencia de muerte que corresponde a los blasfemos. Su víctima luchaba, justamente, por abolir las leyes anti-blasfemia imperantes en Pakistán.
El segundo, Shahbaz Bhatti (41), Ministro de las Minorías y único cristiano del gabinete, lo fue el miércoles 2 de marzo. Hacía campaña por abolir la pena de muerte que se aplica a los que blasfemen contra los símbolos sagrados del Islam.
Los dos luchaban por una mayor tolerancia y apertura de la sociedad, donde todavía hacen su ley los más extremistas de los fanáticos religiosos islámicos.

Puede parecer algo que ocurre allá lejos, en países muy distantes en la geografía y en la mentalidad. Sin embargo, ¡qué parecidos los métodos de los extremistas en todos lados!

Acerquémonos un poco y recordemos el asesinato de Yitzhak Rabin, el brillante militar y político israelí, el 4 de noviembre de 1995. La eliminación de Rabin significó el triunfo electoral de la derecha israelí y el abandono de una política que apuntaba a la paz y a la coexistencia con la población palestina.

Y otro pasito más y nos encotramos con el Plan Cóndor y sus procedimientos criminales. También a los del Cóndor les fue bien con sus crímenes, el asesinato de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whitelaw rindió importantes beneficios. Eliminó el liderazgo de centro izquierda en la futura apertura democrática.

La lista de los asesinatos políticos es muy larga, no pretendo agotarla. Una característica común es que casi siempre se intenta hacer responsable a algún "loco" que actúa en forma aislada o, como en el caso del Cóndor, un grupo "díscolo" que escapa a la estricta cadena del mando.

Lejos de nosotros intentar explicar la historia por alguna conspiración siniestra. Dios nos libre. No, pero que las hay, las hay. Y tampoco se nos ocurre meter en esa trama la muerte de Perico Pérez Aguirre, único miembro de la llamada Comisión Para La Paz que respondía a la confianza de los familiares de detenidos-desaparecidos. ¡Fue un accidente, fue un accidente! Como lo es, sin duda, que casi siempre de esa manera caigan solo los buenos.