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jueves, 12 de agosto de 2010

Tony Judt y la socialdemocracia

Aquí me limito a mencionar libros y artículos que vale la pena leer en la fuente e íntegramente. Apenas transcribo algunos fragmentos para abrir el apetito.
Primera recomendación: el artículo de Antonio Muñoz Molina Un elogio de la socialdemocracia, aparecido en Babelia de El País de España el 3 de abril de 2010.
Transcribo: "Tony Judt probablemente no volverá a tomar nunca un tren pero escribe apasionadamente sobre ellos. Para ser exactos, no escribe, dicta. [A pesar de su enfermedad] acaba de publicar un libro que es un valeroso manifiesto: una declaración de principios progresistas, una vindicación de la legitimidad de lo público y de lo universal como valores de la izquierda en una época en la que sólo lo privado y lo particular parece respetable, o peor aún, eficiente y moderno. Tony Judt defiende lo que hasta hace nada se había vuelto indefendible: los espacios públicos, los servicios públicos, las causas comunes, todo lo que los expertos en economía de la derecha y los expertos en identidades irreductibles de la presunta izquierda llevan proscribiendo más de treinta años A Tony Judt, que no volverá a disfrutar de ellos, los trenes le parecen el símbolo más hermoso de lo que sólo puede existir gracias al esfuerzo de todos y está al servicio de cada uno; la clase de servicio que sólo puede ofrecer el Estado, y que cuando se privatiza cae en la ruina y en la ineficacia; lo que se ha mantenido prometedor y moderno durante casi dos siglos, gracias a la acumulación de esfuerzo y experiencia de generaciones sucesivas. Quién no ha disfrutado y disfruta todavía el romanticismo urgente de las grandes estaciones de ferrocarril, las que albergaron las locomotoras de vapor que incitaban la imaginación visual de Turner y Monet y ahora acogen los trenes de alta velocidad. Quién, en Europa, en América del Norte, no ha visto mejorada su vida gracias a ese otro empeño colectivo que sólo una armadura pública puede sostener, el Estado de Bienestar."
El libro que comenta Muñoz Molina se llama Ill fares the land, puede que esté traducido, no sé.
En cambio, el que sí está traducido es Postguerra (Ed. Taurus 2005), una obra monumental de más de 1200 páginas. Cito el prólogo del autor, Tony Judt:
"Este libro narra la historia de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, y por lo tanto comienza en 1945. [...] Pero al igual que el resto del siglo XX, sobre su historia se cierne la sombra de la guerra de treinta años iniciada en 1914, cuando el continente europeo comenzó su descenco hacia la catástrofe".
"[...] resulta comprensiblemente tentador narrar la historia de la inesperada recuperación de Europa a partir de 1945 en clave autocomplaciente [...] Esta complaciente descripción de Europa [...] encierra un mínimo elemento de verdad. Pero deja afuera la mayor parte."
Tony Judt va a narrar la historia de las dos partes, el este y el oeste, y mostrar su interdependencia.
La historia de las dos Europas es la de la socialdemocracia y la del comunismo, y nos toca muy de cerca. Un libro fundamental.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Tony Judt y los lectores terribles

Perdimos a Tony Judt a los 62 años. Nos dejó el 6 de agosto, luego de una larga lucha contra una rara enfermedad (una variante de ELA), que lo privó poco a poco de sus movimientos.
Fue un brillante historiador, periodista y ensayista. Su Postguerra (Ed. Taurus, 2005), "una historia de Europa desde 1945", es una bendición para los jóvenes que quieran entender su siglo más allá de las capillas ideológicas y religiosas.
Su espíritu crítico entró en colisión con la política oficial israelí. Tony Judt fue sionista en su juventud y militó en el ejército israelí durante la Guerra de los Seis Días, en 1967.
A partir de un artículo en el New York Review of Books (Israel, the alternative, octubre 2003) fue discriminado y excluido, acusado de antisemita, de judío que se odia a sí mismo.
En Sor Juana Inés de la Cruz, las Trampas de la Fe, Octavio Paz explica: "En otras sociedades, por encima de la cofradía anónima de lectores normales, hay un grupo de lectores privilegiados que se llaman el arzobispo, el inquisidor, el secretario general del Partido, el Politburó. Esos lectores terribles [...]". Pues yo encuentro que en nuestras sociedades también hay lectores terribles, además de los mencionados, que deciden sancionar al periodista o escritor que cuestiona sus políticas. Han perdido algún poder, pero siguen existiendo, y hay más.
Antonio Muñoz Molina, en su artículo Un elogio de la socialdemocracia, habla de Tony Judt y de su libro Ill Fares the Land. Trancribo a Muñoz Molina: "Los que llevaban treinta años denostando al Estado han tenido que recurrir a él para que los salve de la ruina que ellos mismos provocaron con su codicia. Deberíamos estar mucho más furiosos, dice valerosamente Tony Judt desde su cama de inválido; y deberíamos reunir de una vez nuestras causas diversas en una gramática común de la emancipación".
Pero de esto hablamos más extensamente en el artículo "Tony Judt y la socialdemocracia".

lunes, 2 de agosto de 2010

Wikileaks: la militancia 2.0

La palabra militancia ha adquirido, a nuestro pesar, una connotación de fanatismo milenarista, de entrega absoluta a alguna variedad de apocalipsis, fin de mundo, revolución, utopía, rapture o juicio final. Se llama hoy militantes a los soldados de causas que van desde la realización del perfecto comunismo, punto de llegada y final de la historia, hasta el triunfo absoluto de la ley islámica, se aplica a gente más dispuesta a morir que a vivir.
Hay, sin embargo, militantes en el sentido que dábamos antes a esa palabra: el trabajador voluntario de una empresa social, el que contribuye por vocación a un colectivo que realiza un proyecto, que puede ser casa, camino o comedor infantil, que puede también ser Wikileaks o soft libre.
Justamente, de Wikileaks queremos hablar.
Cientos de voluntarios y una ingeniería sagaz montaron una organización que se dedica a publicar documentos comprometedores y a poner en aprietos a instituciones poderosas, desde estados a ejércitos o bancos.
Estos voluntarios o militantes no se reúnen en un galpón ni hacen asambleas de cuerpo presente. Se conocen por la web y comunican entre sí por su intermedio.
Empezaron en 2006 y tienen ya varios trofeos colgados en su pared virtual, donde exhiben la cabeza de varios grandes depredadores de la sociedad globalizada del siglo XXI. Por ejemplo los bancos islandeses y el Ejército estadounidense en Afganistán.
La hazaña más reciente es la revelación de seis años de informes militares estadounidenses hechos desde el teatro de la guerra en Afganistán, una carpeta de 92 mil documentos secretos.
Esos archivos fueron puestos a disposición de varios diarios y fueron revisados y publicados coordinadamente por Der Spiegel, The Guardian y el New York Times el lunes 26 de julio.