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miércoles, 17 de agosto de 2011

La hija de Guyunusa

Me entero tardíamente del descubrimiento de la partida de defunción de la pequeña hija de Micaela Guyunusa.

Luego de un meticuloso trabajo de investigación en los archivos franceses, el antropólogo Darío Arce encontró el documento que registra el fallecimiento de la beba. Describe su hallazgo en un escrito disponible en la red, llamado "Nuevos Datos sobre el destino de Tacuavé y la hija de Guyunusa". Es un archivo en formato PDF.

Todo encaja. El fallecimiento se produjo el 28 de agosto de 1834, un mes después del de su madre, cuando la nena estaba por cumplir un año, pues es de setiembre de 1833. Los nombres están en su versión francesa, Laureano es Laurent, y Tacuabé está escrito Tacouabé.

Nos resignamos a aceptar que ello ocurrió realmente. Cuando escribí la novela Laureano no lo sabía. El descubrimiento data del 2008, y para esa época yo ya había dejado atrás la etapa de estudio y documentación y redactaba las aventuras posteriores de Laureano.

Tenía pensado hacer otra novela de la vida de esa indiecita francesa, la imaginé criada por un aya bretona, y preveía algunas aventuras que ya no tendrán lugar, ya que escribo sobre los espacios en blanco de la historia; no sobreescribo lo que ya se conoce.

Estoy de duelo por Rosa Micaela, como la llamé en la novela, que en realidad fue Caroline.

jueves, 11 de agosto de 2011

Inversiones semánticas: quijotesco

¿Qué debemos pensar de los dichos del Presidente Mujica sobre el director de ASSE, Dr. Mario Córdoba (destituido algunos días después de estas declaraciones)?

En efecto, según El Espectador.com del 15.07.2011, Mujica dijo: "El presidente de ASSE es todo un personaje, es un poeta de la medicina. En un mundo prosaico y mercantilista, tiene vetas de Quijote, ..." etc, etc.

Según el DRAE, quijotesco es lo característico de Don Quijote de la Mancha o de cualquier quijote, mientras que quijote es aquel "hombre que antepone sus ideales a su conveniencia y obra desinteresada y comprometidamente en defensa de causas que considera justas, sin conseguirlo". Subrayado mío: "sin conseguirlo".

Si buscamos sinónimos de "quijotesco" en sinonimos.org, aparece: "romántico, abnegado, altruista, bondadoso, caballero, caballeroso, caritativo, desinteresado, digno, distinguido, fiel, filántropo, generoso, humanitario, indulgente, leal, magnánimo". En mi diccionario de sinónimos (Sopena 1999) tenemos: "soñador, idealista, grave, serio, defensor, entrometido".

Comprobamos que las dos listas de sinónimos cubren áreas semánticas un poco distintas, que se superponen solo en parte. Pero en ninguna de las dos listas aparece el carácter fracasado de los quijotes, que en cambio incluye la definición del DRAE.

El Quijote cervantino es desinteresado del dinero, pero no de gloria y tampoco de poder; no es en absoluto indulgente con los principios de la caballería andante, de la cual pretende ser el adalid; es bondadoso si no se le pone en mente castigar lo que considera un entuerto; lo de romántico, filántropo y humanitario es simplemente un poco anacrónico, a menos que se confunda enamorado con romántico; etc., etc..

El famoso personaje del Manco Sano obra con total irresponsabilidad respecto a las consecuencias sociales de sus actos. Ve gigantes en vez de molinos de viento y los ataca sin cuidarse de que muelen el grano que alimenta a las gentes.

Cuando Don Quijote libera a los presos que van encadenados, no se para un instante a considerar que pone en libertad a peligrosos truhanes, que asolarán al vecindario. A él solo le interesa cumplir con los principios de la caballería andante, otra cosa no le importa. ¿Es quijotesco? Debería serlo, pues es el Quijote mismo.

Lo propio del Quijote es esa mezcla de obrar por un ideal (el de la caballería andante) e ignorar todo de la circunstancia real; más, imaginarla de modo que cuadre en los sueños de gloria y fama del Ingenioso Hidalgo. Es el paradigma del dislate, la sabiduría a caballo del delirio, la voluntad que no se arredra ante nada con tal de lograr que el mundo sea como la caballería andante lo imagina y lo quiere.

Pero ese Quijote al que tanto nos parecemos o nos parecimos, no corresponde a los adjetivos halagüeños del diccionario de sinónimos. Es un personaje complejo y desgarrador, que nos da pena y risa, es uno a quien querríamos salvar de sus errores y que nos desespera en sus derrotas y fracasos.

No debería sorprendernos, pues, que Mujica haya destituido a Córdoba tres semanas después, apenas, de estas declaraciones, aparentemente laudatorias.

Inversiones semánticas uruguayas: Babel

En el habla cotidiana uruguaya actual, incluyendo la difusión radial y televisiva, y en el discurso político, se manejan, sin ironía, figuras literarias con un sentido opuesto al original. Hoy, Babel.

La radio FM del SODRE ha adoptado el apelativo "Babel". Con voz suave, la emisión nos explica, a cada rato, que ese nombre alude a la intención de incluir en el horizonte de la emisora "todas las lenguas, todas las culturas".

Es una referencia bíblica (Génesis 11:1-9): en una época en la que todos hablaban una sola lengua, los hombres quisieron edificar una ciudad y una torre que llegara al cielo. Tanta arrogancia disgustó a Jehová que se dijo "descendamos y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero". Así lo hizo, y el proyecto quedó en ruinas. Al lugar se le llamó Babel "porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra".

Más claro echale agua. "Babel", símbolo de la incomunicación humana. Una nota al pie del texto de la biblia Reina-Valera agrega: "Babel: es decir, Babilonia. La tradición babilónica atribuía al nombre de esta ciudad el significado de Puerta de Dios o Puerta de los dioses. El relato bíblico, no sin ironía, lo asocia, en cambio, con el verbo hebreo balal, que significa confundir".

En la tradición cristiana, es con la bajada del Espíritu Santo sobre los Apóstoles en Pentecostés, bajo forma de lengüitas de fuego, que empieza la reunificacion de la humanidad dispersa en Babel. Si se buscaba un símbolo bíblico para el multiculturalismo, como pretende la radio oficial, hubiera sido más apropiado elegir "Pentecostés" o "Pentecostal". Claro que ello tendría un gustito demasiado evangélico para nuestro paladar laico y obligatorio.

Un de estos días nos encontraremos llamando "odisea" a un paseo apacible y rutinario, o "dantesco" a un episodio empapado de belleza y de placer. Estamos convirtiéndonos en una verdadera Babel.

martes, 9 de agosto de 2011

Calificando a las calificadoras

La decisión de Standard & Poor's (S&P en adelante) de rebajar la nota o grado inversor de EE.UU. causó estupor y zozobra en el mundo. Nos levantamos el lunes 8 de agosto bajo la amenaza del derrumbe de las bolsas y del sistema financiero global.

Pero no sucedió. Hubo, sí, caídas en las plazas financieras debido a la situación delicada de algunos países europeos, y preocupación por la perspectiva de una recesión económica, lo cual hizo bajar un poco el precio del petróleo.
Hoy martes la bolsa de París tuvo su primer día positivo luego de numerosas sesiones de caída ininterrumpida.

Y, colmo de paradojas, los bonos estadounidenses se venden como pan caliente. Dice Le Monde: "La primera emisión de deuda notada AA+ de la historia de EE.UU., con 32 mil millones de dólares de obligaciones a tres años, se saldó el martes 9 de agosto a precios récord y una demanda vigorosa, anunció el Tesoro estadounidense". La demanda más que triplicó la oferta.

Paul Krugman, premio nóbel de economía y columnista del New York Times, en su columna del 7 de agosto, analiza el crédito que puede darse a las agencias como S&P, es decir, que califica a las calificadoras:
" La palabra que mejor describe la decisión de la agencia de rebajar a Estados Unidos es chutzpah -definida tradicionalmente por el ejemplo del joven que mata a sus padres y que luego pide clemencia por ser huérfano. [...] S&P, junto con sus agencias calificadoras hermanas, jugó un rol muy importante causando esa crisis [la del 2008], dando la calificación AAA a los activos respaldados por títulos hipotecarios, que devinieron basura tóxica. [...] S&P le dio a Lehman Brothers, cuyo colapso desató un pánico global, una nota A hasta el mes de su caída. "

Krugman advierte que las calificaciones de las agencias sobre las solvencia de los Estados no deben ser tomadas demasiado en serio. Generalmente siguen (y no preceden) a los mercados financieros cuando atacan o desconfían de un país. En los raros casos en que han rebajado la nota de un país que goza de la confianza de los inversores, se han equivocado. Podríamos citar el caso actual, ya que los bonos estadounidenses se venden excepcionalmente bien. Krugman cita el caso de Japón, "al cual S&P rebajó la calificación en 2002. Bien, nueve años después, Japón todavía puede obtener crédito fácil y barato. De hecho, hasta el viernes la tasa de interés de los bonos japoneses a 10 años era solo del 1%."

No es gente confiable, no hay que darles crédito.