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lunes, 3 de julio de 2017

El Observador y la credibilidad del sistema político

"El vuelo público que ha tomado el caso del vicepresidente Raúl Sendic renueva dudas ciudadanas sobre la credibilidad del sistema político [...]
También el Frente Amplio se ha equivocado al tratar de soslayar esos errores, como lo ha hecho en su oposición a comisiones parlamentarias que investiguen denuncias y en el intento de apresurar la derogación del delito de abuso de funciones. Todos los partidos están de acuerdo en eliminarlo, porque la vastedad imprecisa de su texto se presta a arbitrariedades, como ha ocurrido más de una vez en el pasado reciente. Pero es claramente inoportuno hacerlo a las apuradas en el momento actual, debido a las fundadas sospechas de que se procura favorecer a conspicuos dirigentes del oficialismo que están bajo la lupa judicial, como ocurre con Sendic, el exministro de Economía Fernando Lorenzo y el expresidente del Banco República Fernando Calloia."

Estoy casi de acuerdo con la primera frase, salvo en que no creo en que sea una "equivocación" del FA negar las comisiones investigadoras sobre los negocios con Venezuela o las tupabandas, más bien me parece un intento de barrer para abajo de la alfombra y patear la pelota para adelante. Otra cosa es la derogación del vago delito de "abuso de funciones".

A la larga, lo que más mina la credibilidad del sistema político es hacer leyes equivocadas -- leyes inconstitucionales, como la Ley de Caducidad; leyes que cobijan la arbitrariedad, como el Abuso de Funciones; leyes ruinosas, de consecuencias incalculables, como la que ocasionó la deuda con los funcionarios del Poder Judicial -- aunque la corrupción y la inepcia de los dirigentes, como en el caso Sendic, le agregan unos cuantos cucharones de caldo a la sopa del descreímiento.

Sin embargo, no hay que olvidar que el periodismo forma parte del sistema que hace marchar nuestra democracia. No es saludable que un cotidiano principal de nuestra capital, como El Observador, editorialice apoyando o defendiendo una ley que reconoce que "se presta a arbitrariedades", simplemente porque haya sido utilizada para procesar a adversarios políticos. Esa postura también desgasta la "credibilidad" del sistema político: una prensa sectaria que apoya las arbitrariedades si se perpetran contra sus adversarios.

Al pasar, hago notar que Sendic no ha sido procesado por esa ley ni por ninguna otra. Y también de paso, que Amodio sí fue procesado rápidamente, lo que pone signos de interrogación sobre el andamiento del propio Poder Judicial.


Hasta ahora, frente a la masa de evidencia de ruina y de abuso por parte de la dirigencia de ANCAP, con Sendic al frente, la Justicia no ha hecho más que "investigar". ¿Qué esperan? Eso tambíén erosiona la confianza de la ciudadanía, que reclama una sanción severa, proporcional al daño que ocasiona el vaciamiento de una empresa pública, es decir, de todos.