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martes, 14 de octubre de 2014

Votar en octubre 2014: ¡NO a la Baja!

Se acerca el momento de tomar una decisión. Se dice que un voto no pesa gran cosa y que no cambia nada. Creo que no es así, que es una ocasión de influir con ese voto en el curso de los acontecimientos.
Todos los sondeos pronostican que las del 26 de octubre 2014 serán elecciones parlamentarias, en las cuales se elegirán diputados, senadores y ... los contendientes del balotaje presidencial.
Las ideas y las prácticas que yo estimo de izquierda -- tal como yo entiendo que debe ser -- no están encarnadas en ningún partido ni en ningún grupo o fracción, o bien lo están de manera muy parcial. Sin embargo, todo sumado, en la primera vuelta de las elecciones, el 26 de octubre, me inclino por poner mi voto por el Frente Líber Seregni, en mérito a sus ideas sobre la conducción de la economía y de las reformas democráticas.
Pero hay algo más, y muy importante, en juego: la reforma constitucional regresiva y bárbara, propuesta por Bordaberry (y apoyada por Lacalle Pou), de bajar la edad de imputabilidad de los menores infractores. Para ser aprobada necesita más del 50% de los votos emitidos.

NO a la Baja

Hay que mirar más allá del texto para ver por qué camino quieren llevarnos aquellos que proponen esta reforma. Dicen, sin vergüenza, que quieren proteger la seguridad de los ciudadanos que pagan impuestos. Que quieren encerrar a los infractores para enseñarles a respetar la sociedad.
No entienden que los infractores también son parte de la sociedad, y que se trata de enseñarles a respetarse a sí mismos, y de hacer que eso valga la pena.
La “sociedad”, para la gente que propone la reforma, es una clase y un grupo de edad.
Para entender las intenciones que abriga esta propuesta de la Baja, podemos mirar a otros países que tratan a los menores como mayores, para ciertos delitos.
EE.UU. es uno, donde los menores homicidas son tratados como mayores. Hay menores que tienen 12 años condenados a cadena perpetua (!). A una niña de 5 años, que había apuntado a un compañerito con un lápiz y gritado ¡bum!, le hicieron firmar un contrato donde se comprometía a no matar ni suicidarse. Un contrato sin validez, que escandalizó a padres y familiares, pero que muestra una mentalidad.
Es la mentalidad de la gente encerrada en relaciones mercantiles, que no se relaciona con los demás sino a través del mercado. La sociedad no es solamente el mercado. Para contener a la deriva criminal hay que recurrir a las relaciones entre humanos, no al arsenal represivo, cárceles, calabozos, machetes, submarinos y cuelgues. No cabe duda que Bordaberry se educó en una mentalidad represiva, esta propuesta no reniega de sus orígenes.
La histeria represiva, el miedo, la desconfianza, la criminalización de un sector de la población, los menores, que serán sometidos a leyes especiales, sólo lleva a más represión, a más cárcel, a más violencia. Cada vez seremos más una sociedad de viejos que encierran a los jóvenes.
La delincuencia infanto-juvenil es un problema de la integracioń social. Hay una fractura afectiva en la sociedad, una parte siente a la otra como enemiga, de cada lado se ve al otro como una amenaza, unos roban y matan, otros meten en prisión.
Esta reforma es un mensaje equivocado, es una declaración de guerra contra los niños y los jóvenes, no uno de reconciliación e integración.
Ya existen prisiones y leyes. Quizás sea necesario hacer ajustes, sin duda lo es, tanto en las leyes como en las medidas cautelares, pero sobre todo es necesario mucho más desarrollo de las acciones tendientes a restaurar la integración social mediante las relaciones humanas. Hay que proteger a ese sector de la infancia que deriva hacia la delincuencia proponiéndole otros caminos, ya sea en el saber, en el deporte o en las profesiones. Esto, no solo en las cárceles y los centros de detención, donde hay que eliminar el hacinamiento e introducir el estudio y el juego, sino especialmente en las escuelas de todos los niveles. Y esto hay que hacerlo realmente, a fondo y por todos lados, no bastan las buenas intenciones ni los comienzos.
En todo caso, lo que NO se necesita es una reforma constitucional, un cambio que contamina nuestra Ley Fundamental con las pesadillas persecutorias y los delirios represivos de los pitucos de Carrasco.

Para votar NO. ¡Cuidado al votar!

Hay que saber que CUALQUIER VOTO, QUE NO CONTENGA LA PAPELETA DE LA BAJA, ES UN NO. Fíjense que su sobre no contenga la papeleta de la Baja, deslizada por algún zelote.
[Es un corrección del post anterior: consultada la Constitución, resulta que la adopción de la reforma requiere mayoría de votos emitidos, es decir, incluidos los anulados].

3 comentarios:

  1. Estuvo de moda decir que la juventud es una enfermedad que se curacon el tiempo. Se trata de un dicho veterano, no excesviamente sutil, pero que, en su momento, defendía y justificaba algunas burrada que cometían por inexperiencia adolescentes y jóvenes. Pero, las cosas han cambiado y, como bien señala Eduardo Mariani en este artículo, una parte de la que se autodenomina sociedad ha levantado su no tan impoluto dedo acusador contra los jóvenes y está chillando a favor de que se rebaje la edad penal y se reprima a los infractores desde la temprana adolescencia. Ser menor, infractor y pobre es para los candidatos a los próximas elecciones de los partidos tradiciones, y en oarte del Frente Amplio, perder para siempre la condición miembo de la sociedad civil.
    Déjense de proponer reformas legales paranoicas, de prometer , más rejas y más castigos, bajen el índice. Piensen en las formas de integrar a esos chiquilines, darles todo lo que no recibieron de esta sociedad. Piensen que tienen una deuda con ellos. Hagan de cuenta, con sinceridad que nacieron tan desnudos como sus propios hijos, pero que tuvieron la mala pata de hacerlo en un asentamiento, de madre prostituta y padre,... vaya a saber, y que las instituciones lo "compensaron" con una escuela que invitaba a salir rajando para robar, drogarse y arrancarle la cartera a una señora muy enseñorada. Y después cayó en un lugar, donde vivió hacinado y destratado como un animal peligroso.
    Si usted es un ser humano, por favor VOTE NO.

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  2. Un comentario que me manda una lectora amiga:
    La propuesta de bajar la edad de imputabilidad incluye crear un instituto de rehabilitación para menores infractores, o sea otro Sirpa. Me pregunto qué piensan hacer con el actual Sirpa, creado hace apenas 2 años y cuyo gran logro ha sido poner suficiente alambrado perimetral como para evitar las fugas. Los otros componente ya se ha señalado que refieren a prácticas legales ya vigentes, o sea, para hacer algo diferente hagamos lo que ya se hace.
    Me preocupa otra cosa: los muchachos que viven "al margen de los valores de la sociedad" .Si de ahora en adelante logramos que todos los niños que ahora tienen 2 años completen el ciclo de preescolar más los 10 años de 1ia y 2ia, al egresar tendrán 16, y seguirán perteneciendo a familias integradas por personas que en las últimas 2 o 3 generaciones estuvieron al margen del trabajo formal, lo que es decir al margen de la dupla de responsabilidades y derechos, horarios, destrezas, entre otros componentes. Por más que hayan aprendido lo que el preescolar, la escuela y el liceo enseñan, con mucha suerte serán los primeros en 2 o 3 generaciones en acceder al trabajo formal, pero seguirán siendo hijos de la cultura de su familia de origen, contrapuesta a la cultura procedente de la educación formal. Esto suponiendo que la educación formal vuelva a transmitir cultura, cosa que actualmente sucede mínimamente.
    Digamos que empiecen a tener hijos a los 18 años, aunque ya sabemos que el ciclo reproductivo de los grupos "no integrados" comienza en realidad antes de esa edad. Estos serán hijos de jóvenes parcialmente integrados, con una cultura mestiza resultado de la mezcla de la educación formal y la familiar.
    Al cabo de otros 16 años sus hijos habrán participado de la educación formal, y habrán podido ver que sus padres saben leer, escribir, hablar y trabajar, relacionarse socialmente, negociar, participar de acciones plurales. Esto si se cumplen 2 condiciones: 1) que individualmente hayan logrado trascender los mandatos de la pertenencia y la lealtad a los orígenes, y 2) que nosotros, los integrados, les hayamos dado oportunidades adecuadas para pertenecer.
    18 + 16 = 34 años. Del 2015 al 2049 .
    Ese es el tiempo mínimo necesario para que, con un esfuerzo social enorme, nos acerquemos a habilitar a la 2ª generación, la hija de la generación de transición, para que pueda empezar transitar la integración social y cultural.
    No parece probable que se logren grandes cambios ni en 1 año ni en 5 años de gobierno.

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  3. Pues si un adolescente es capaz de matar a los 16 o a los 12 con premeditación alevosia y maldad, precisa un tratamiento muy especial, llamesele reformatorio, psiquiatrico, carcel, penitenciaria o como demonios se quiere. Me parece un tanto banal pensar en eso. Solo importa que la institución que sea, sea realmente curadora y reinsertadora, cosa tan dificil, tantas veces imposible.
    Las dificiles hay que intentarlas ¿que hacer con las imposibles? ¿que hacer con el noruego que mato 200 adolescentes? ¿que hacer con las bestias que mataron a los 300 niños de beslan? ¿que hacer con los monstruos degolladores del califato islamico? ¿con los violadores y asesinos sistemáticos?
    sinceramente no creo que exista otra que matarlos o encerrarlos de por vida
    recientemente en españa como consecuencia de retorcer la ley para liberar asesinos etarras, tambien salieron varios narcos y violadores asesinos...
    Ya han vuelto a violar y asesinar ¿que hacemos ahora?
    Uruguay tiene un grave problema con las drogas basura, concretamente con la pasta base, ese es un problema mundial pero que en uruguay se vive peor por circunstancias especiales y es la base de todos los delitos con diferencia. Si de verdad se quiere solucionar el problema hay que legalizar todas las drogas, sin excepción alguna, además Uruguay es el pais ideal para hacerlo. Nada paso con la mojigata y absurda legalización de la marihuana ¿quien los aconsejó dios mio?, pero ese pasito puede permitir el otro y ahí si que arreglas el problema. Y lo de la baja o el alta pasa a no importar nada.
    Ademas me temo que al igual que en el resto del mundo las instituciones penales de mayores o menores no son mas que educadores de delincuentes

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