La situación es cómica: aún no hay candidatos, y ya nos preguntamos si votaremos a este o aquel.
Si nos atenemos a las candidaturas oficiales, quedamos con la mente en blanco y el voto ídem.
Ni los colorados ni los blancos ni los frenteamplistas tienen un nombre para presentar a la ciudadanía.
Pero,
“entre nosotros”, es dado por seguro que los colorados llevarán a
Bordaberry, los blancos a Larrañaga y los frenteamplistas a Tabaré
Vázquez.
Es
inminente la confirmación de la candidatura de Tabaré. Algunos
apreciables líderes trabajan para ello, como Marita Muñoz y Álvaro
García. Y como no quiero que digan que no se los advertí, antes de que
lo proclamen quiero decirlo: yo no votaré a Tabaré.
Me
preguntarán ¿qué importancia tiene que lo votes o no lo votes? Ya se
sabe que la mitad del país no lo votará, que para ganar le alcanza con
la mitad más uno, que tuvo apenas más que eso cuando ganó la vez
anterior. Sí, es cierto, pero yo siempre voté a la izquierda, desde el
año 1958, cuando voté por primera vez, que lo hice por el PS de Cardozo,
Dubra y Vivián Trías. Después, siempre que pude votar, lo hice por la
izquierda. De modo que mi no-voto significa algo.
Me pregunto qué habrá votado Tabaré en 1958. Pero como el voto es secreto, nunca lo sabremos a ciencia cierta.
Lo que sé, porque es público, es que se casó por la Iglesia a los 22 años. ¿Era de izquierda?
Hoy hace campaña contra la ley de despenalización del aborto. ¿Es de izquierda?
No
es que no haya hecho nada ni que no me gusten algunas de las cosas que
hizo, como la reforma de la salud, el IRPF, el Plan Ceibal o la
prohibición del tabaco, que me parecen buenos logros.
La
libertad de las mujeres en lo sexual y en lo reproductivo es para mí
una cuestión de principios, y de las más importantes. Es una cuestión de
civilización, de Derechos Humanos, como la libertad de pensamiento, el
libre examen de los textos bíblicos, el respeto de la ciencia. Las
mujeres no pertenecen ni a la sociedad ni a sus maridos ni a la nación,
se pertenecen a sí mismas. Mi diferencia con Tabaré en eso no es una
cuestión de detalle, es abismal. Es la principal razón por la cual no lo
votaré, si se presenta.
También
creo que necesitamos renovar nuestros líderes, sincerar nuestras ideas y
respetar nuestras palabras. Ganar es importante, pero ganar sin
máscaras.
Yo quisiera tener un candidato de centro-izquierda para votar, pero si no lo tengo, votaré en blanco.
Salud Eduardo, vota anulado entonces, porque - tengo entendido que - el voto en blanco, luego del escrutinio va para la mayoría . Un abrazo
ResponderEliminarDe acuerdo con el anónimo. Mariela
EliminarDe acuerdo con el anterior. Saludos cordiales Eduardo. Mariela
EliminarEduardo: me interesa entender tu punto de vista. ¿Casarse por la Iglesia, por una religión cualquiera, va reñido con ser de izquierda?
ResponderEliminar¿También opinar en contra del aborto?
Gracias.
Abrazo.
Entiendo tu punto de vista y lo comparto casi totalmente.
ResponderEliminarTe pregunto: y votar a Constanza Moreira?
Figuro anónimo pero soy anónima, que no es igual.