Buscar este blog

jueves, 11 de agosto de 2011

Inversiones semánticas: quijotesco

¿Qué debemos pensar de los dichos del Presidente Mujica sobre el director de ASSE, Dr. Mario Córdoba (destituido algunos días después de estas declaraciones)?

En efecto, según El Espectador.com del 15.07.2011, Mujica dijo: "El presidente de ASSE es todo un personaje, es un poeta de la medicina. En un mundo prosaico y mercantilista, tiene vetas de Quijote, ..." etc, etc.

Según el DRAE, quijotesco es lo característico de Don Quijote de la Mancha o de cualquier quijote, mientras que quijote es aquel "hombre que antepone sus ideales a su conveniencia y obra desinteresada y comprometidamente en defensa de causas que considera justas, sin conseguirlo". Subrayado mío: "sin conseguirlo".

Si buscamos sinónimos de "quijotesco" en sinonimos.org, aparece: "romántico, abnegado, altruista, bondadoso, caballero, caballeroso, caritativo, desinteresado, digno, distinguido, fiel, filántropo, generoso, humanitario, indulgente, leal, magnánimo". En mi diccionario de sinónimos (Sopena 1999) tenemos: "soñador, idealista, grave, serio, defensor, entrometido".

Comprobamos que las dos listas de sinónimos cubren áreas semánticas un poco distintas, que se superponen solo en parte. Pero en ninguna de las dos listas aparece el carácter fracasado de los quijotes, que en cambio incluye la definición del DRAE.

El Quijote cervantino es desinteresado del dinero, pero no de gloria y tampoco de poder; no es en absoluto indulgente con los principios de la caballería andante, de la cual pretende ser el adalid; es bondadoso si no se le pone en mente castigar lo que considera un entuerto; lo de romántico, filántropo y humanitario es simplemente un poco anacrónico, a menos que se confunda enamorado con romántico; etc., etc..

El famoso personaje del Manco Sano obra con total irresponsabilidad respecto a las consecuencias sociales de sus actos. Ve gigantes en vez de molinos de viento y los ataca sin cuidarse de que muelen el grano que alimenta a las gentes.

Cuando Don Quijote libera a los presos que van encadenados, no se para un instante a considerar que pone en libertad a peligrosos truhanes, que asolarán al vecindario. A él solo le interesa cumplir con los principios de la caballería andante, otra cosa no le importa. ¿Es quijotesco? Debería serlo, pues es el Quijote mismo.

Lo propio del Quijote es esa mezcla de obrar por un ideal (el de la caballería andante) e ignorar todo de la circunstancia real; más, imaginarla de modo que cuadre en los sueños de gloria y fama del Ingenioso Hidalgo. Es el paradigma del dislate, la sabiduría a caballo del delirio, la voluntad que no se arredra ante nada con tal de lograr que el mundo sea como la caballería andante lo imagina y lo quiere.

Pero ese Quijote al que tanto nos parecemos o nos parecimos, no corresponde a los adjetivos halagüeños del diccionario de sinónimos. Es un personaje complejo y desgarrador, que nos da pena y risa, es uno a quien querríamos salvar de sus errores y que nos desespera en sus derrotas y fracasos.

No debería sorprendernos, pues, que Mujica haya destituido a Córdoba tres semanas después, apenas, de estas declaraciones, aparentemente laudatorias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario