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martes, 9 de agosto de 2011

Calificando a las calificadoras

La decisión de Standard & Poor's (S&P en adelante) de rebajar la nota o grado inversor de EE.UU. causó estupor y zozobra en el mundo. Nos levantamos el lunes 8 de agosto bajo la amenaza del derrumbe de las bolsas y del sistema financiero global.

Pero no sucedió. Hubo, sí, caídas en las plazas financieras debido a la situación delicada de algunos países europeos, y preocupación por la perspectiva de una recesión económica, lo cual hizo bajar un poco el precio del petróleo.
Hoy martes la bolsa de París tuvo su primer día positivo luego de numerosas sesiones de caída ininterrumpida.

Y, colmo de paradojas, los bonos estadounidenses se venden como pan caliente. Dice Le Monde: "La primera emisión de deuda notada AA+ de la historia de EE.UU., con 32 mil millones de dólares de obligaciones a tres años, se saldó el martes 9 de agosto a precios récord y una demanda vigorosa, anunció el Tesoro estadounidense". La demanda más que triplicó la oferta.

Paul Krugman, premio nóbel de economía y columnista del New York Times, en su columna del 7 de agosto, analiza el crédito que puede darse a las agencias como S&P, es decir, que califica a las calificadoras:
" La palabra que mejor describe la decisión de la agencia de rebajar a Estados Unidos es chutzpah -definida tradicionalmente por el ejemplo del joven que mata a sus padres y que luego pide clemencia por ser huérfano. [...] S&P, junto con sus agencias calificadoras hermanas, jugó un rol muy importante causando esa crisis [la del 2008], dando la calificación AAA a los activos respaldados por títulos hipotecarios, que devinieron basura tóxica. [...] S&P le dio a Lehman Brothers, cuyo colapso desató un pánico global, una nota A hasta el mes de su caída. "

Krugman advierte que las calificaciones de las agencias sobre las solvencia de los Estados no deben ser tomadas demasiado en serio. Generalmente siguen (y no preceden) a los mercados financieros cuando atacan o desconfían de un país. En los raros casos en que han rebajado la nota de un país que goza de la confianza de los inversores, se han equivocado. Podríamos citar el caso actual, ya que los bonos estadounidenses se venden excepcionalmente bien. Krugman cita el caso de Japón, "al cual S&P rebajó la calificación en 2002. Bien, nueve años después, Japón todavía puede obtener crédito fácil y barato. De hecho, hasta el viernes la tasa de interés de los bonos japoneses a 10 años era solo del 1%."

No es gente confiable, no hay que darles crédito.

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