Un funcionario de inmigraciones británico puso a su propia esposa en la lista negra, la "no-fly list", que enumera a los sospechosos de ser un peligro para la seguridad de los aviones o del territorio nacional. A los que están en ella se les impide el acceso a los vuelos.
Su objetivo era evitar que su mujer volviera, es decir, sacársela de encima, y lo consiguió durante tres años. Pero este funcionario fue promovido a un rango superior (!), y eso provocó una revisión de su actuación. La curiosidad por saber el por qué su esposa estaba en la "no-fly list", destapó el pastel.
Que este funcionario es un idiota y un bastardo, dice Bruce Schneier -- por quién me enteré de la noticia -- está claro. Pero lo que llama la atención, dice, es lo fácil que resulta para un oficial de inmigraciones poner a una persona en la "no-fly list" sin un atisbo de justificación ni de control.
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